viernes, 9 de noviembre de 2012

Muchas Gracias Pajarito


Peque, vamos a dormir.
- ¡NO mami!. ¡A mimí NO!
- Vamos nené, tienes que dormir un poquito porque luego estás muy cansado toda la tarde y todo te molesta.
- ¡NO!
- Vamos chiquitín. ¿Quieres que te cante una canción?
- Si, mami, cántame una canción.
Le tarareo la canción que siempre me pide pero aún es pronto, aún no ha terminado de relajarse.

-Mami, a dormir. Te canto una canción...
Me tararea la misma canción y yo cierro los ojos y me relajo como para darle ejemplo de lo que ha de hacer. De repente, a través de la ventana se oye el canto de un pajarito. El peque enmudece y dice:
-¿Qué es eso mami?
- Es un pajarito mi vida, él también te está cantando una canción para que duermas.
El niño se queda pensativo escuchando su canto.

-El pajarito me está cantando una canción para que me duerma mami. -Me dice como para ratificar el pensamiento y el hecho.
- Si, mi cielo, el pajarito quiere que descanses.

El peque cerró los ojos y se quedó dormido arrullado por el canto del pajarito quien cesó su canto poco después de que el niño se hubo dormido... Dulces sueños mi amor...

Muchas gracias pajarito...

jueves, 8 de noviembre de 2012

Reseña: "Las Ardillas De Central Park Están Tristes Los Lunes"


Después de "Los Ojos Amarillos De Los Cocodrilos" y de "El Vals Lento De Las Tortugas" le ha llegado el turno a "Las Ardillas De Central Park Están Tristes Los Lunes" de Katherine Pancol

Me atrevería a decir que éste último, "Las Ardillas De Central Park Están Tristes Los Lunes", si cabe, es el mas introspectivo de los tres. Cada personaje se ve obligado en cierta manera a resolver sus traumas del pasado para poder enfrentarse al presente y vivir feliz , o no, un futuro. Ya lo decía Katherine Pancol muy al comienzo de esta tercera entrega:

"A menudo tendemos a creer que el pasado es pasado. Que no lo volveremos a ver. Como si estuviese grabado en una pizarra mágica y lo hubiésemos borrado. Creemos también que con los años hemos hecho desaparecer los errores de juventud, sus amores de pacotilla, sus fracasos, sus cobardías, sus mentiras, sus pequeños acomodos, sus falsedades.

Pensamos que hemos barrido todo aquello. Que lo hemos dejado bien escondido bajo la alfombra.
Nos decimos que el pasado tiene un buen nombre: pasado.
Pasado de moda, pasado de fecha, sobrepasado. 
Enterrado.
Estamos ante una página nueva. Una página nueva que lleva el nombre de futuro. Una vida que enarbolamos, que nos enorgullece, una vida que hemos elegido. En el pasado, en cambio, no siempre podíamos elegir, Sufríamos, nos influían, no sabíamos qué pensar, nos buscábamos, decíamos que sí, decíamos que no, decíamos puede, sin saber por qué. Para eso inventaron la palabra "pasado": para meter en ella todo lo que nos molestaba, lo que nos hacía ruborizar o temblar.
Y entonces, un día, vuelve.
Arrambla con el presente. Se instala. Contamina.
E incluso termina por ensombrecer el futuro."

Tras la experiencia de los dos primeros libros es muy fácil dejarse llevar, te dedicas a disfrutar de la primera parte, confiadamente, observando cómo, poco a poco, los personajes se van situando cual fichas de ajedrez. Y es esta misma experiencia de la que hablo por la que ya vamos conociendo a la autora. A estas alturas ya nos ha acostumbrado al carácter moral impregnado en todas sus páginas y esperamos que en cualquier momento el mal comportamiento sea castigado. Está tan cómoda en su escritura, y nosotros dejándonos llevar, que juega con ello a sabiendas.

"Las Ardillas De Central Park Están Tristes Los Lunes" carece de la impetuosidad de "El Vals Lento De Las Tortugas". Es mas lento, mas explicativo, la autora se ha tomado su tiempo. Incluso se podría decir que a veces está salpicado sutilmente de pedacitos de realismo mágico que endulzan la realidad tan aplastante de los personajes. Pasa de uno a otro de forma magistral y nada forzada a pesar de la cantidad de matices que reinan en cada uno de ellos.

Si hay un valor que queda implícito en el libro es el de la lucha por conseguir aquello que se desea, la seguridad en uno mismo. El trabajo arduo. 

Es posible que se añadan mas libros a esta saga, pues tengo la sensación de que éste ha sido un final "temporal". La autora, Katherine Pancol, insiste en que no es ella quien escribe sino los propios personajes. Así ha fundamentado siempre su historia. Una historia plagada de frases y fragmentos a resaltar. Escojo éste, por veraz, por hermoso y por motivador;
-¿Alguna vez tienes miedo? -preguntó.

-¿De qué?

-De todo...
-¿De todo?
-Sí.
-Solo se puede tener miedo de una cosa -afirmó Shirley-. Miedo por tus hijos. El resto es muy sencillo: con el dinero, el trabajo, los impuestos, el puenting... simplemente te dices "no tengo miedo" y saltas hacia delante.


domingo, 4 de noviembre de 2012

Treinta Segundos Después


Treinta segundos en los que estás y no estás. Treinta segundos que marcan la diferencia.
Te sigo con la mirada mientras juegas y cuando vuelvo a mirar, treinta segundos después, ya no estás.

Todo gira, te busco y no te encuentro. Todo se acelera y se ralentiza a la vez. Busco tu luz porque lo demás no importa.
Siento un gran vacío, un profundo abismo, una soledad infinita. Vislumbro ecos de tragedia, de llantos, angustia, culpa y desasosiego. Miles de pensamientos oscuros inundan mi mente.

Creo verte a ti y a tu sonrisa por todas partes. Mi corazón desbocado. Pero no estás.
Y todo eso treinta segundos después.

Al fin te encuentro. Y tu me recibes feliz, como siempre, e inconsciente de todo, sentado en un balancín del parque: "Mira mami, me estoy remando yo solo".

Te beso, te abrazo, te palpo para asegurarme de que en verdad eres tú, de que estás bien, y te vuelvo a besar. No te quiero soltar.

Todo vuelve a su estado natural, regresan los colores y el resto del mundo, ya no veo oscuridad sino luz. Pero la angustia sigue ahí.

Yo te encontré pero no puedo evitar pensar en todas esas madres que no han tenido la misma dicha, y siguen buscando perdidas en esa oscuridad asfixiante que sobreviene inexorablemente treinta segundos después...

sábado, 3 de noviembre de 2012

Colaboraciones: El Vestidor



¿Has soñado alguna vez con tener un vestidor?. Pero no vale cualquiera. Estamos hablando de El Vestidor, así, a lo grande.
Y, al margen del sueño, ¿es necesaria tanta ropa?. Pincha en la imagen para leer mi entrada de hoy en el blog "De Tú A Tú" ...