Es bien sabido que nuestras afinidades marcan nuestras relaciones y, por lo general, ya tenemos una base construida antes de tener a nuestros hijos. Pero cuando ellos llegan el mundo se tambalea de nuevo, tus prioridades cambian y descubrimos que ellos también tienen sus propias afinidades desde muy temprana edad. Tu nueva unidad familiar se reestructura gracias a todos sus componentes por igual. Pincha en la imagen para leer mi entrada en "De Tú A Tú"...
Es cierto que cuando tuve a mi primer hijo mi vida cambió, mi mundo cambió, mis amistades, los lugares que frecuento... Mis antiguas amigas siguen siéndolo, pero ahora tenemos distintos intereses muy marcados.
ResponderEliminarSi, se nota muchísimo la diferencia. A unos los ves mas y a otros menos y luego las propias afinidades de nuestros hijos también marcan el curso de nuestras relaciones.
EliminarEs verdad, como cambia todo, nosotros intentamos seguir con nuestros hobits y aficiones pero es muy difícil!
ResponderEliminarUff en cuanto a nuestras aficiones a veces tengo la sensación de estarle robando minutos o segundos al tiempo ;)
EliminarNo imaginas que pueden haber tantos cambios. En mi caso desde luego si los ha habido. Supongo que todavía estamos acomodándonos.
ResponderEliminarY lo estaremos a medida que nuestros hijos crecen. Aprenden a pasos agigantados y se desarrollan en base a ello ;)
EliminarTodo cambia con la llegada de los hijos...
ResponderEliminarBesotes, Yaneth!
Todo,y hay muchos factores que no habíamos tenido en cuenta ;)
EliminarIntentar quedar con mis amigas con hijos es una ardua tarea, sí... Besotes!!!
ResponderEliminarJajaja tu lo ves desde el otro lado y también lo notas, por supuesto ;)
EliminarBesos
Eso es muy cierto, parece un carrusel, quien estaba en un comienzo se queda atrás y llega alguien más.
ResponderEliminarTe he dejado algo en el blog.
Saludos.
Aunque algo tarde pero allá voy! ;)
EliminarBesos