Hay besos de todos los colores, ¿lo sabían?. Hay besos rosados, verdes, azules, rojos... De todos los colores que se les pueda ocurrir, o mejor, de todos los colores que se le pueda ocurrir a un niño. Sus besos son infinitos en variedad y en contenido. Y es que el amor sin límites tiene esa particularidad, hace que los besos sean de colores.
Les cuento también que esta maravilla no la aprendí yo sola, no. Me lo enseñó toda una eminencia en esto de los besos, mi hijo. Alguien que hace que cada beso sea especial, no solo por el color sino por sus dedicatorias y el deseo y la ilusión que imprime en cada uno de ellos.
Me pregunto si alguna vez también supimos este secreto a voces y de ser así, en qué momento comenzamos a olvidarlo, a ponerle tantos límites y rociarlo con tantos prejuicios que terminamos bloqueados. Qué bonito es ver la vida, y los besos, de colores. Yo, que creía ver muchos colores, me sorprendo cada día con las diferentes gamas que existen y que desconocía o había olvidado.
Y aún mas, los besos de colores, y los incoloros, también son curativos. Curan cualquier "pupa" con efecto inmediato. A mas besos menos pupas y mas risas y cosquillas.
No solo soy feliz por haber conocido esta realidad sino por tenerla cada día...
"-Mami, te voy a dar un besito rosado ¿si?
-¿Un besito rosado?
-Si mami, mira... ¡muaaackk!. ¿Lo ves? es rosado. Para tí siempre rosado mami. Y ahora ¿quieres uno verde?.
-Si, mi cielo, a mi me gustan todos tus besos, de todos los colores..."