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martes, 12 de junio de 2012

La Perfecta Esposa

Carnaval de blogs: Como ser esposa y no morir en el intento

Preguntas como: ¿cómo ser una esposa perfecta? o aseveraciones del tipo: "Cómo ser esposa y no morir en el intento" me producen la misma incómoda reacción que cuando llaman a casa preguntando por "La señora de la casa". Imagino que es esa necesidad de no doblegarnos, ese rugido interior que surge cuando queremos proteger nuestro estatus recién conquistado y, sobretodo, esa herencia que nos llega a lo largo de toda la historia.

Éste carnaval de blogs me ha dado la oportunidad de ahondar mas en este sentimiento de incomodidad y desagrado que me embarga.

Para empezar, estamos deacuerdo en que si me caso soy esposa, de eso no hay duda. Pero es ese protagonismo, esa unilateralidad heredada la que principalmente me molesta. Un protagonismo muy poco fructífero, tan mal recompensado y totalmente marcado por dosis desmesuradas de machismo que por cierto, y no nos equivoquemos, muchas veces hemos fomentado nosotras mismas las mujeres. 

Se me viene a la cabeza aquella guía para la perfecta esposa a la que ahora no le vería mayor problema, con salvedades claro, si se dedicara por igual al perfecto esposo. Quién sabe, a lo mejor la fórmula hubiese funcionado mejor de haber tenido ambos géneros el mismo protagonismo... o no!




Y qué decir de aquel libro titulado "Enfermedades y trastornos en la vida conyugal" escrito por un tal Dr. Vander (¿realmente sería doctor?) donde él mismo entre otras perlas nos daba unas pautas sobre cómo ser 100% femenina.



Vaya, para uno que le dedica los mismos capítulos al género masculino y resulta que tampoco convence. Eso de separar al hombre y a la mujer por roles y estereotipos definitivamente no está nada bien visto. Además del hecho de que, no se por qué, las mujeres casi siempre salimos perdiendo en las comparativas.


Siguiendo la estela de "doctores ilustres" en el tema, esta vez un psicólogo estadounidense, el doctor George W. Crane elaboró un test con el que pretendía ayudar a los maridos a determinar cuán perfecta era su mujer. El test consistía en dos bloques bien diferenciados, uno para virtudes y otro para defectos, con 50 supuestos cada uno y un valor de un punto salvo en los casos en los que se especifique una mayor puntuación. Finalmente, se obtendría la puntuación total restando el valor de los defectos al de las virtudes. Les transcribo los doce primeros puntos de este test tan "modélico":


Virtudes:
1. Es buena anfitriona, incluso con los visitantes inesperados.
2. Tiene siempre la comida a punto.
3. Es capaz de participar en conversaciones interesantes.
4. Sabe tocar instrumentos como el piano, el violín…
5. Se viste para desayunar.
6. Es una buena ama de casa, limpia y ordenada.
7. Acuesta personalmente a los niños.
8. Nunca se acuesta enfadada y se maquilla antes de irse a la cama (5 puntos).
9. Toma en cuenta la opinión del marido antes de tomar decisiones o realizar compras importantes.
10. Buen sentido del humor, alegre y jovial.
11. Acude a misa y lleva a los niños con ella (10 puntos).
12. Deja dormir al marido hasta tarde los domingos y vacaciones.

Defectos:
1. Tarda en irse a la cama. Suele esperar a que el marido se duerma.
2. No le gustan los niños (5 puntos).
3. Falla con frecuencia a la hora coser botones o zurcir bolsillos.
4. Se pasea con vestidos sucios o delantales por la casa.
5. Se pinta las uñas de color rojo.
6. Destaca por su impuntualidad (5 puntos).
7. Deja las costuras de la maguera siempre torcidas.
8. Se va a la cama con rulos o con demasiada crema facial.
9. Pone sus pies fríos sobre los de su esposo para calentarse.
10. Es una ‘conductora de asiento de atrás’.
11. Flirtea con otros hombres en fiestas o restaurantes (5 puntos).
12. Es desconfiada y celosa (5 puntos).
Así, por encima, desde ya les digo que mi valor final es negativo fijo.

Y quien no tiene en mente aquellas imágenes de los años 50 cuando se habla de la esposa perfecta, estupenda y feliz con sus mejores galas y peinado de peluquería (no olvidemos tampoco los zapatos de tacón) mientras hace todos y cada uno de los quehaceres del hogar.




¿Cómo no recordarlas?. Si es que hasta envidia dan porque, después de todo, su mérito tienen, sin ir mas lejos yo siempre cojo mi ropa mas raída para hacer la limpieza (vaya, esto es un punto menos en el test) y si ya ir a la peluquería cada dos meses me supone todo un proceso logístico no quiero pensar lo que sería ir una vez a la semana como mínimo. ¡Ay, no! que éstas esposas debían ser tan estupendas y perfectas que seguro que el trabajo de peluquería se lo hacían ellas mismas...
Me pregunto si alguna de esas mujeres consiguió realmente ser feliz en esa tesitura. ¿Habrán funcionado todo ese marketing, manuales, guías, tests y reglas de oro?. Doy por hecho que no, si no seguiríamos con ese "modelo".


Su lógica tiene el hecho de que haya proliferado tanto su versión sarcástica en la época actual de la que, por cierto, me considero una gran fan. Es lo que tiene sacar un enorme negativo en el test, será por eso que le damos rienda suelta al sarcasmo...


"Mami, ¿cuando puedo darle a papi su tarjeta de felicitación por el día del padre?". "El  jueves, cuando traiga la leche".

¿Qué cuales son mis salvedades? pues que no creo que exista una guía que les vaya bien a todos. Que cada uno tiene su propia fórmula y que hay elementos comunes en su mayoría; amor, comunicación, respeto, flexibilidad... Pero que cada uno le da su toque particular, con sus virtudes y sus defectos.
Que para mi no hay esposa perfecta sino mujer feliz y que no todo el mundo es feliz de la misma manera.