Mostrando entradas con la etiqueta Ausencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ausencia. Mostrar todas las entradas

lunes, 3 de diciembre de 2012

Colaboraciones: "Ausencia"


Cuánta soledad hay en una ausencia, en su ausencia. Cuánto desasosiego se siente por una amiga que sufre. Cuanto amor por aquellos que ya no están. Recuerdos y Ausencia...
Pincha en la imagen para leer la entrada de hoy en "De Tú A Tú".

lunes, 22 de octubre de 2012

¿Y Si No Estoy?


Hace unos meses escribí esta entrada, y no la publiqué porque en su momento me pareció muy oscura, llena de dudas y miedos. Hoy la he vuelto a encontrar y he decidido publicarla porque ésta también soy yo, también forma parte de mi, aunque luego me pregunte; ¿Y Si No Estoy?

Aparecen sombras en el horizonte de nuestro pequeñín. Comienza a sentir miedo a la oscuridad, miedo a los ruidos que no reconoce y miedo a mi ausencia. Me ha escogido como su salvadora, como su todo. Y yo he escogido serlo.

Queremos disipar sus sombras y temores. Le enseñamos a encender la luz si está oscuro, a sentirse seguro en su casa, porque es su casa. Le enseñamos a identificar los diferentes ruidos y sonidos lejanos, porque el conocimiento disipa miedos.

Quiero disipar su temor a mi ausencia y le digo que siempre estaré a su lado protegiéndolo y queriéndolo mucho. Me abraza como si fuera su única tabla de salvación y yo siento que lo soy. Me abraza y lloro. Lloro porque pienso: "¿Y si no estoy?".


¿Y si lo inevitable llega antes de tiempo y me impide cumplir mi propósito, mi promesa?.

Quiero estar siempre, quiero ser yo quien espante sus fantasmas, sus malos sueños, y vele sus noches difíciles. Quiero ser yo quien le lea sus cuentos antes de dormir. Quiero ser yo quien lo bese y lo abrace a mansalva. Quiero verlo crecer y vivir feliz. Pero, ¿Y si no estoy?...

jueves, 12 de julio de 2012

Que Se Detenga El Tiempo


¿Existe el destino? Ese poder sobrenatural e ineludible que guía nuestras vidas ¿o vivimos en un perpetuo libre albedrío?. El problema es que tanto si nuestro destino está escrito como si no, no está a nuestro alcance el descubrirlo hasta que ocurre. ¿No es ese desconocimiento al fin y al cabo un libre albedrío?. No tengo acceso a mi destino pero después de todo tampoco me siento como una marioneta.

Aún así creo que tenemos un destino, que las cosas ocurren por algo y que si una puerta se nos cierra ahora, otras ventanas se nos abrirán después. Porque la vida continúa a pesar de que haya ocasiones en las que queremos que todo se detenga en un preciso instante para vivir a plenitud ese momento y que no siga pasando la vida con las novedades desconocidas que nos ha de traer.

Porque sabemos que las novedades desconocidas traen cosas buenas y cosas malas y porque a veces pesan mas unas que otras. Y temeremos siempre por las malas, por las ausencias, por seguir en esta vida sin la compañía de aquellos a los que queremos. Sin la compañía de todos aquellos que nos acompañan en este viaje arropándonos bajo su manto y haciendo que el camino sea tan placentero.

Que se detenga el tiempo ahora, en este preciso momento pues tengo miedo de que todo cambie y no saber asumir las ausencias. Que se detenga el tiempo, que se detenga...

viernes, 2 de marzo de 2012

Huele A Despedida



Aún sin mirar los días que quedan en el calendario hasta nuestra partida, ya empezamos a sentir el sabor amargo de la despedida. De repente, un día, te despiertas con una angustia inexplicable, los silencios se hacen notar y son mas prolongados, los abrazos son mas largos y los besos mas profundos. Huele a despedida.

Comienzas a pensar en las maletas, en las últimas compras, las últimas visitas, las últimas despedidas. Y es que, huele a despedida.


Cuando además has estado viviendo con tus anfitriones y cuentas con la incomparable presencia de un niño, todas las vivencias se agudizan. Se establece una rutina con el día a día y el niño está presente cada minuto, cada segundo. Girando todo en función de él de tal manera, que tras la marcha la ausencia se siente como un gran vacío. Y es el temor de ese vacío lo que nos preocupa. 


Por fortuna, el tiempo no juega a nuestro favor, son tantas las cosas por hacer, tantos los últimos preparativos y las despedidas que el tiempo pasa furtivo y veloz, dejándonos poco espacio para la reflexión y la tristeza. Nos queda la promesa y la esperanza de vernos pronto.