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viernes, 20 de diciembre de 2013

A Mil Revoluciones

Ya desde el año pasado por estas fechas me hice la nota mental. Por aquel entonces el peque tenía unos dos años y medio, empezaba a vislumbrar las implicaciones de esta época navideña y sabía que a partir de este año esa consciencia iba a ser exponencialmente mayor. 
Pues bien, así ha sido.

Desde hace una semana la mayoría de los niños viven en un estado de agitación constante. Esos pequeños seres sensibles parecen estar en ebullición y a punto de estallar en cualquier momento. Tan pequeñitos y tantas emociones que albergar. Las salidas, las luces en las calles, empezando por sus propios hogares con el árbol y demás adornos, comidas navideñas, la llegada de familiares y amigos... Y a todo este batiburrillo tan colorido y luminoso se le añaden las fiestas en el cole, las funciones navideñas y, por supuesto, la llegada de las vacaciones. 

Yo también he podido tener un atisbo de lo que nos espera, no solo este año, sino en los años venideros, tanta alteración, tantas emociones y fiestas chocan de bruces contra sus rutinas y alteran sus sueños con un impacto total. Pero me gusta, me gustan esas caritas felices, esas emociones inocentes y auténticas y es cuando mas deseo que todos los niños pudieran vivir días así de felices, que no tuvieran que preocuparse de nada mas. Porque esa es la esencia de ser niño, disfrutar, vivir y centrarse en sentir cada instante con total desenfreno y soltura.

No crean, un poco de miedo sí que me da. De repente, y desde mi perspectiva de adulto, veo ante mi la de cosas y experiencias que están por vivir y es como si viera venir un tsunami de emociones todas condensadas en esos pequeñines. Pero que no sea ese un pensamiento que nos limite. Démosles felicidad a manos llenas, con total desenfreno nosotros también. Disfruta con ellos, juega al pilla-pilla y a los bebés, a los Power Rangers, a Spiderman y a los bomberos. A aquello que sabes que le hará feliz, estoy segura de que sabes qué hacer y cómo hacerlo...

¿Alguien mas con niños a mil revoluciones en casa? :)

viernes, 13 de enero de 2012

¡Vacunas Sí!


Comienzo por decir que no soy médico ni nada que se le parezca y que mis conocimientos sobre la materia, especialmente en lo que a vacunas se refiere, no van mas allá de los conocimientos populares y de aquellos en los que yo misma me he documentado por Internet o cualquier otro medio cada vez que tengo alguna duda (y siempre tratando de contrastar la información).

El caso es que siempre he estado a favor de las vacunas, de acuerdo a mis modestos conocimientos siempre he pensado que las ventajas de ponerlas son mucho mayores que las de no ponerlas y en eso me he basado. En eso, y en mi gran temor a un retroceso a siglos pasados donde las epidemias fueron caldo de cultivo para tantas generaciones.

Mi conocimiento popular, y el de la gran mayoría, radica en mis propias vivencias y de las personas que me rodean además de, como he dicho, en la información que yo misma busco. Es lógico pensar pues, que las personas que me rodean siguen prácticamente los mismos criterios que yo, con sus pequeñas diferencias y salvedades claro, a la hora de formar sus propias opiniones. 

Y en esta línea pues, me he encontrado con personas que en su infancia no fueron vacunadas, por ejemplo, y les fue bien, y es por ello que ahora se plantean hacer lo mismo con sus hijos. Es muy respetable, pero ante casos así no dejo de pensar en que esas personas no fueron vacunadas hace cuanto...¿treinta años?. Como he dicho, no soy experta en el tema pero quiero pensar que todos, incluidas las enfermedades, han evolucionado mucho desde entonces. Sigo pensando que la exposición a ellas totalmente desarmados es demasiado desventajosa.

También hay casos, los menos, en los que alguna vacuna les ha proporcionado muy malas experiencias. Siempre existirán, todos somos diferentes y no a todos nos afectan las cosas de la misma manera. De ahí el sentarnos a valorar los pros y los contras de nuestras acciones.


Muy a tono con este tema, al parecer el pediatra Carlos González está por estrenar un nuevo libro: "En defensa de las vacunas", así que le dejaré a él (y a todos los entendidos) toda la explicación, técnica o no, y desde su experiencia como pediatra. Como él mismo expresa en la entrevista que ha dado pie a que yo escriba este post;

" ...intento desmentir esas falsedades, y sobre todo explicar a los lectores la forma de buscar y contrastar la información", ya que, "...allí donde la crisis de los estados o la propaganda de los antivacunas ha hecho bajar la cobertura vacunal, se ha producido la catástrofe".
No pretendo establecer un dogma de las palabras de este señor pues, especialmente en temas de médicos, soy muy reacia a los endiosamientos, (y esto ya lo explicaré mejor mas adelante). Es solo que, en este caso, creo que expresa muy bien lo que vengo yo pensando desde hace tiempo.

Y para terminar, y que conste que sin ánimo de convencer a nadie a través del chantaje emocional y ni mucho menos desde el terror, adjunto un enlace hacia un archivo de audio de un bebé con tosferina que en su día me impactó. Yo misma no he sido capaz de poder escuchar más del segundo 7 (y son 34), pero no he podido olvidarlo, así que les puedo asegurar que este archivo hiere mucho la sensibilidad. En este caso, aviso, no lo escuches. Bebé con Tosferina.

¡VACUNAS SÍ!