Mostrando entradas con la etiqueta Elefante. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Elefante. Mostrar todas las entradas

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El Elefante Encadenado


Han tomado nota mental, antes de tener hijos, de algo que querían inculcarles y, ¿ahora lo están haciendo?. Lo mas probable es que la respuesta sea si, y no solo de algo, sino de muchos "algos".  

Hace unos años fui al cine a ver la película "En busca de la Felicidad". La película no me marcó especialmente, de hecho, casi ni recuerdo los detalles pero un diálogo entre un padre y su hijo si que se me quedó grabado a fuego, no tanto la forma en la que fue dicho sino su mensaje, su intención. Es el siguiente:


"- Eh! Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo, vale?
 - Vale                                        
 - Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tu tampoco puedes. Si quieres algo ve a por ello y punto."

Lo entienden, ¿verdad?. Desde entonces trato de eliminar mis propias barreras para inculcarle a mi hijo esta idea. No es fácil, porque no solo tengo que eliminar las mías propias sino también las de los demás y enseñarle a mi hijo cómo romper él también esas barreras; las suyas, y las de los otros. Arduo trabajo, dicho sea de paso.

Más explícitamente, y ahondando mas en la idea, me topé hace unos días con esta reflexión de Jorge Bucay, "El Elefante Encadenado":



Nunca, nunca debes permitir que alguien te diga que no puedes hacer algo y mucho menos debes permitir que ese alguien seas tú.

Somos enteramente responsables de las ideas y valores que ahora les estamos inculcando a nuestros hijos. La mayoría de los cuales perdurarán por siempre y serán la base de su ser. Hagamos de ellos individuos sin cadenas, sin lastres. Serán mas libres y podrán llegar muy lejos, allá donde otros ni sueñan con poder hacerlo.

Ahora, nuestros hijos son como un gran libro en blanco, abierto y deseoso de ser escrito. Cuánta responsabilidad tenemos pero, ¿acaso no es ya suficiente recompensa el amor que ellos nos profesan?. Devolvámosles amor por amor, bien por bien, sin cadenas, sin límites, sin condiciones.