domingo, 11 de diciembre de 2011

New York, New York


¡Nos vamos de viaje! ¡¡Sí!! No veo la hora de salir, desconectar y volver con energías renovadas. Y no solo eso, es el primer viaje largo de nuestro peque y además, iremos a donde nos conocimos papi y yo (algún día contaré nuestra historia). Qué ganas tengo de enseñarselo todo y recordar con papi tan lindos momentos. Quien nos iba a decir que casi 10 años después volveríamos con uno mas en la familia.

Por otro lado, estoy muy preocupada porque el peque se nos vaya a enfermar con los cambios de temperatura. Todavía no he empezado a hacer las maletas y por ahora todo lo que se me ocurre meter son todas las medicinas que pueda necesitar, ¡hasta la de los chichones!... y abrigo, mucho abrigo. Si es que ya es preocupante que tu hijo se enferme pero si encima te pilla en otro país a mi al menos me añade mucha inseguridad. 

Con tanto preparativo he tenido que dejar para la vuelta lo del árbol de navidad. Allá a donde vamos siempre hay luces pero por estas fechas aún más, así que espero que cuando coloque nuestro arbolito no quede empequeñecido, ni que el peque se lance sobre él como hace cuando pasamos por una de esas tiendas de los chinos que los tienen en la puerta y todos iluminados.

Los abuelos han querido estar con el peque todos los días, lo echarán mucho de menos, estoy segura. Aún no nos hemos ido y ya lo extrañan, y eso que no estaremos mucho tiempo fuera. No se si el peque lo notará porque estaremos bastante ocupados, queremos volver a ver a tantos amigos que dejamos allí, ir a nuestros sitios preferidos y a otros nuevos y a los de obligatorio paso. Son tantas las cosas que queremos hacer que no se si nos dará tiempo de todo.

Espero poder escribir algo en el blog desde allí. En cualquier caso, las echaré de menos durante este breve tiempo desde New York, New York...




miércoles, 7 de diciembre de 2011

Navidad En La Guardería


Esta mañana el peque y yo nos hemos llevado una hermosa sorpresa al llegar a la guardería. Toda la entrada estaba decorada con un montón de luces, un gran Árbol de Navidad, un Portal de Belén grandote y las manualidades de todos los pequeñines, la de mi hijo incluida. Seguro que había mas cosas pero tanto el peque como yo (y todo el que entraba) nos quedamos con la boca abierta asombrados por tanta maravilla. Deberían habernos sacado a todos una foto justo en el preciso momento en que llegamos.



Me gustó muchísimo, todo estaba precioso, y el hecho de que muchas de las cosas que allí había las hubieran hecho nuestros pequeñines le dio un tinte tan entrañable. Pensar en todo lo que han trabajado sus profesoras con ellos y luego el tiempo que le han dedicado fuera del horario escolar para decorar la entrada y recibirnos con esa calidez y sorpresa me ha emocionado mucho.



Todo estaba iluminado, listo para sorprendernos, y lo han conseguido. Qué contenta estoy de que inculquen esos valores a los niños (y a los padres), porque es lo realmente importante. Con su trabajo diario nos han querido sorprender. No todo el mundo se toma la molestia de dar estos detalles, y nos hacen a todos tan felices. Y que conste que me veo en posición de asegurarlo a juzgar por las caras de asombro y felicidad de aquellos que coincidimos en la entrada de la guardería esta mañana.

Estoy tan gratamente sorprendida, que a pesar de que hoy tengo un día de lo mas ajetreado, volví a la guardería con mi cámara para inmortalizar esa entrada y guardar un pedacito de toda esa magia que ha irradiado hoy la guardería de mi hijo y que han sabido compartir con nosotros. Y es que es Navidad En La Guardería.

Gracias, muchas gracias...





martes, 6 de diciembre de 2011

Cuando No Es Tan Obvio


Esta noche, es una de esas noches en las que el peque se ha despertado ya tres veces en menos de dos horas. Hasta hace unos días no entendíamos lo que le sucedía, pensábamos que eran los dientes, que parece que están queriendo salir ahora todos juntos, también llegamos a pensar que podría tener terrores nocturnos o incluso puro cuento por querer salir a la sala con nosotros para seguir pasando la velada juntos. Pero, ¿qué hacer cuando no es tan obvio?.

De todas las cosas que nos podíamos imaginar, nunca, nunca, pensamos en lo mas obvio. Hambre. Nos lo dejó claro cuando, hace unas noches, se despertó unas cuantas veces y terminamos por llevarlo a la cama con nosotros y allí no paró de dar vueltas. Justo esa noche había cenado un montón así que por mi cabeza ni pasó que el niño pudiese seguir teniendo hambre, hasta que, en vista de que no conseguía conciliar el sueño, se me ocurrió la brillante idea de ofrecerle un poco de agua. En cuanto vio el agua empezó tal berrinche que nos costó sus buenos quince minutos para apaciguarlo y no lo hizo del todo hasta que vio el biberón. Comió con tanta avidez que parecía que no había comido en días. ¡Qué vergüenza sentí!. No paraba de pensar en cómo no fui capaz de darme cuenta de que mi hijo tenía hambre.

No siempre es hambre, a veces es el dolor de encía el que le hace perder el apetito o simple desgana, hay noches en las que nosotros los adultos también nos acostamos sin cenar porque simplemente no nos apetece. No es tan fácil comprender lo que les pasa. No es tan obvio. Hoy creemos tener la solución pero mañana quizás el problema es otro. Sé que estos momentos son de transición, con los dientes sin salir no puede comer como él quisiera (y como yo quisiera que lo hiciera), y hasta que no aprenda a expresar lo que siente nos toca tratar de adivinarlo y a él cogerse un berrinche de vez en cuando de pura frustración.

Mientras escribo, papi le ha dado el biberón al peque y se lo ha llevado a nuestra cama para dormir juntos, estoy segura de que dormirán como angelitos los dos, quiero decir, los tres, porque allá voy yo también...Felices Sueños...

¿Qué haces tú Cuando No Es Tan Obvio?

Best Blog



Mi blog se ha llenado de preciosas flores con este especial premio, Best Blog. Elva, de "Cuando olía a vainilla" me lo ha otorgado y me ha encantado, sobretodo viniendo de ella, pues ha sido de las primeras en apoyarme desde mis comienzos. ¡Muchas gracias Elva!...y por cierto, ¡me encanta el rosa! ;)

Me gustaría ver un montón de estas lindas flores por los blogs a los que  paso este premio con mucho cariño. ¡Enhorabuena!

lunes, 5 de diciembre de 2011

El "Planazo"


Para hoy tenía un "Planazo"; ir a la peluquería mientras mi madre se daba una escapada con el peque durante el tiempo que yo invertía en entrar con una pinta atroz y salir totalmente renovada.

El planazo en sí no era la peluquería, no soy de las que le guste demasiado ir, sólo de pensar en las horas que voy a estar ahí sentada pensando en lo que podría estar haciendo hace que me muera de la ansiedad. Total, que el "planazo", según yo, estaba en las últimas páginas del libro que me estoy leyendo. Tenía toda la intención de dejar que me hicieran cualquier cosa en el pelo mientras yo me zambullía total y absolutamente en mi libro, que por cierto, está muy interesante y ya estoy por acabarlo. Hasta estaba dispuesta a esperar un turno largo hasta que llegaran a mi.

Con esa intención entré en la peluquería, y como nunca, me atendieron rapidísimo. Me senté y saqué mi libro, feliz por la perspectiva. No soy de las que habla mucho en la peluquería a no ser que me pregunten así que yo ya iba a tiro hecho. El peluquero de siempre no estaba hoy, qué pena, con lo que me gustaba, era buenísimo, rápido y hacía un excelente trabajo, y lo mejor, era un hombre de pocas palabras (ideal para mis intenciones). Al parecer ya no trabaja allí. En su lugar me atiende una chica muy simpática y con muchas ganas de hacer amigos. Cada vez que cogía mi libro ella me preguntaba algo y alargaba la conversación así que, al final, tuve que desistir. 

No me malinterpreten, la verdad es que jamás desecho una buena conversación, y ésta lo era, pero es que yo ya iba con mi plan predeterminado. Esto me ha hecho reflexionar; ¿cuánto ha cambiado mi vida que busco a toda costa y desesperadamente cualquier huequito para poder dedicarme a una de las cosas que más me gusta? y aún más, ¿desde cuando ir a la peluquería a leer es un planazo?. Siempre me ha gustado leer, para mí es como una necesidad básica. En días como hoy en que no puedo dedicarle el tiempo que me gustaría termino como inconclusa. ¡Menuda sensación!. Y ni que decir tiene que ya no se lo que es leerme un libro de un tirón.

Y eso que la chica de la peluquería se esmeraba en mantener mi atención, hasta me dio un buen masaje capilar mientras charlábamos, pero es que soy mamá, mamá lectora y necesitaba ese rato de evasión. 

Ahora, si me lo permiten, las voy a dejar un ratito para ir a terminar ese libro antes de que se despierte el peque de la siesta...