miércoles, 11 de enero de 2012

Curioso Y Preguntón


Se que la curiosidad y la atención constante son características harto comunes en todos los niños, supongo que unos mas que otros pero, en general, todos son unos pequeños curiosones. 

Siempre he admirado a esas personas que están continuamente aprendiendo, siempre preguntando y que además su memoria lo retiene todo. También es verdad que estas personas, al cabo de un rato, terminan agotando, pues parece que nunca descansan y eso es doblemente admirable. Son personas que aprenden muy rápido y que además procesan muy bien toda la información que les llega.

Supongo que todos comenzamos siendo así y con el tiempo unos siguen manteniendo esa curiosidad innata y otros no tanto. Estoy segura de que todas tenemos muchas anécdotas sobre la curiosidad desafiante de nuestros hijos. Yo tengo algunas. 

Nuestro peque, realmente presenta siempre una escucha "activa" y la vista ni les cuento. Ayer estábamos con papi en el supermercado y yo estaba con el peque en brazos mientras papi pagaba, por su lado, el peque observaba todo lo que hacía papi. Cuando papi tenía que introducir la tarjeta para el pago se acercó mas a la máquina sin darse cuenta de que haciendo eso le tapaba la visión al peque. Me quedé con la boca abierta cuando el peque empujó a papi con premura hacia un lado para poder seguir viendo la operación y no perderse nada. 

En la guardería me han dicho mas de una vez que el peque lleva un control exhaustivo de las idas y venidas de todos en el centro. Su clase está casi a la entrada y él puede ver todo desde la puerta que no es mas que una especie de verja donde incluso él se sube para poder tener mejor visión. Al parecer, el peque juega y atiende a sus clases pero si alguien pasa por delante de la puerta él ya está controlando.

Muchas veces, en casa, en la calle, en cualquier sitio y en cualquier situación estamos hablando o él parece estar muy entretenido y de repente dice: "Ninooooo ninoooo niiiii nooooo"... y es entonces cuando te das cuenta de que a lo lejos suena la sirena de una ambulancia y él ha estado pendiente de lo suyo y de lo de más allá.

Su frase favorita hasta el momento y que no deja de repetir es: ¿Y eso qué es?, señalando con su dedito y mirándote en espera de una explicaciónNunca desfallece, nunca tira la toalla. Se marca sus propios retos, ahora está empeñado en ponerse los calcetines y los zapatos él solito y lo del tenedor ya lo tiene casi dominado.

Nunca fui tan consciente de la máxima atención que mantiene en todo hasta que hace cosa de un mes, mientras subíamos las escaleras para llegar a casa, yo iba sacando las llaves y él me las pidió. El manojo de llaves cuenta con muchas llaves y el peque fue pasando una a una hasta llegar justa e inequívocamente a la llave de casa, y hasta la colocó en horizontal que es como se introduce esta llave en la puerta. Me quedé muda de la impresión, jamás le había enseñado eso y ni tan siquiera me había dado cuenta de que él había estado observando todo el tiempo. En situaciones como esta es inevitable que venga a mi memoria aquella frase de Robert Fulghum‎"No nos preocupemos de que nuestros hijos no nos escuchen; preocupémonos porque siempre nos están observando". Qué responsabilidad tan grande y qué inconscientes somos la mayoría de las veces de que tenemos ese público incansable y sediento de aprendizaje


No me malinterpreten, estoy muy contenta con que sea así, curioso y preguntón, es solo que creo que me falta el tiempo para asumir esto, porque con tanta curiosidad y tan rápida asimilación tengo la sensación de que crece muy deprisa. De que todo va mas rápido de lo que yo quisiera y me temo que, mas lento de lo que él desea a juzgar por esa prisa que tiene por aprenderlo todo.

martes, 10 de enero de 2012

El Futbolista De Arriba


Vivimos en un cuarto piso. Resulta que, por casualidades de la vida, me salgo enterando de que si para mi, La Vecinita del Primero Nunca Sonríe, para la vecina del tercero, la vivienda del cuarto, o sea, nosotros, pertenece al "futbolista de arriba". Y hasta corta se quedó la buena señora. Llamar futbolista a mi hijo implica una gran dosis de amor, comprensión y mucha paciencia por su parte, siendo realistas, debería llamarlo de rompetechos en adelante, como mínimo.

La noche del seis de Enero llegábamos a casa después de un largo día lleno de emociones, véase "Crónica de Reyes". El peque estaba agotando sus últimos cartuchos si es que no los había agotado todos ya y cuando llegamos a la entrada del edificio le faltaba aún otra fuerte emoción. Un enorme ramillete de globos de diferentes formas y colores estaban justo al lado del ascensor. A ver quien sacaba al peque de ahí, claro. De repente, baja el yerno de la señora del tercero y le pide que escoja uno y como el peque aún no terminaba de decidirse (es mas, yo creo que ni siquiera había empezado) le dio el mas grande y más bonito, un caracol enorme. Acto seguido añadió: "Ella no quiere ningún globo en casa y por eso me los llevo pero estoy seguro de que estará feliz cuando sepa que uno se lo ha llevado el futbolista de arriba". Creo que en ese momento el agradecimiento, el asombro y la vergüenza pugnaban por aflorar...

Definitivamente, el comentario tiene varias implicaciones. Es indudable que la señora ha escuchado todos y cada uno de los estruendos cada vez que mi hijo tira algo y además ha sido lo suficientemente sonoro y molesto como para compartirlo. Y es que al peque, especialmente cuando se enfada, le da por tirar cosas al suelo como muestra de su inconformidad y frustración. No grita, no llora, pero cualquier cosa que encuentre será susceptible de ser arrojada sin contemplaciones, y mientras mas escándalo haga mejor expresará su descontento. Al menos eso es lo que parece pensar él.

En alguna que otra ocasión he tratado de disculparme con la señora, pues siempre ha sido bastante quisquillosa con los ruidos y yo prefería curarme en salud. Pero para mi sorpresa y enorme alivio también es bastante comprensiva con los niños, posiblemente porque ella misma ha tenido dos. No es igual de comprensiva con los adultos, se los puedo asegurar (aunque ahora siga teniendo dos).

Como he dicho, para mí ha sido un alivio que se tomara las cosas de esta manera porque no es fácil hacer que un niño no tire cosas al suelo y, de paso, nos ha librado de un montón de discusiones y malas caras vecinales. Ahí tenía las de perder, pues en este último año el edificio se ha llenado de niños en todos los pisos salvo en el de ella.

Aún así, agradezco el que existan personas dispuestas a comprender y empatizar con este tipo de situaciones. ¡Un brindis por la vecina del tercero!... Y por su yerno, que obsequió al peque este fantástico globo...


lunes, 9 de enero de 2012

Fisherman's Blues




Hoy, mientras conducía, escuché esta canción en la radio. No soy consciente de haberla escuchado nunca antes y si alguna vez lo hice mi mente no lo registró. Lo digo porque el grupo que la canta es de los años ochenta, The Waterboys, e incluso los Celtas Cortos hicieron su propia versión en español. Pero al parecer, todo tiene su momento y es ahora cuando me ha llamado la atención. La canción es preciosa y con mucha fuerza. Habla de deseos de libertad, de escapar de la complejidad de la vida moderna, de soltar amarras, de abandonarse al amor, sin límites, con total entrega. Y tú en mis brazos...

Traducción: El Blues Del Pescador

Desearía ser un pescador
Revolcándome en el mar
Lejos de la tierra firme
Y de sus amargos recuerdos
Echando fuera el sedal
Con abandono y amor
Sin límites debajo de mí
Excepto el cielo estrellado encima
Con luz en mi cabeza
Y tu en mis brazos.

Desearía ser el hombre del freno
En un tren desbocado
Chocando precipitadamente
contra el corazón de la tierra
Como un cañón en la lluvia
Con el latido de los durmientes
Y el calor del carbón
Contando las ciudades que pasan de largo
En una noche llena de alma
Con luz en mi cabeza
Y tu en mis brazos

Bueno, sé que seré desprendido rápidamente
De los vínculos que me mantienen
De las cadenas que me atan alrededor
Caeré al final
Y en ese fatídico día
Me tomaré a mi mismo en las manos
Cabalgaré en ese tren
Seré el pescador
Con luz en mi cabeza
Y tu en mis brazos

Hay canciones que tienen la facilidad de invitarte a la reflexión, a la tranquilidad, a evocar recuerdos, a donde tengo "mi claro de luna".  Y tú en mis brazos...

domingo, 8 de enero de 2012

Crónica de Reyes

No diré que no esperaba con ansias la llegada del Día de Reyes, ni que no me sorprendía a menudo pensando en lo contento que se iba a poner el peque cuando fuéramos a la Cabalgata de Reyes y ni que decir tiene que no veía la hora de levantarnos por la mañana y ver su carita al ver los regalos. Siempre pensaba en él, en lo feliz que sería en este día. 

Hace poco, en otro post, les comenté que vivimos en una isla y claro, aquí los Reyes llegan en barco. El primero en apuntarse a parte de nosotros y un montón de niños mas fue el sol, un sol radiante y espléndido que vistió de gala todo el cielo, lo despejó de nubes y nos brindó una perfecta claridad. 



Cuantos niños, cuantas ilusiones y nervios y sobretodo, cuanta felicidad. Por allí pasaron los tres Reyes, ahora que lo pienso, que dichosos se deben de sentir los tres Magos con ese público tan especial.


Nuestro peque todo lo miraba con la boca abierta aunque, si he de ser sincera, los Reyes no fueron los que consiguieron llamar su atención salvo unos pocos segundos. Con dieciséis meses y medio lo que le llamó la atención y hasta incluso levantó la manita para saludar fue lo siguiente:


Estoy segura de que dentro de unos años habrá cambiado mucho el cuento pero en la cabalgata pasó algo parecido. Para el peque, lo mejor de la cabalgata fue el camión de bomberos:


Si por la mañana saludaba, por la tarde, en la cabalgata, casi se mete dentro del camión. Y por allí pasaron Melchor, Gaspar y Baltasar pero me temo que el saludo del peque fue para los camellos...


Hasta para el camello que llevaba el carbón, que al pobrecillo todos los niños abucheaban pero el peque le dio un gran saludo.

Si la víspera de Reyes fue intensa el día de Reyes en sí fue agotador. Tanta emoción y tanta sorpresa todavía no caben en un cuerpecito tan pequeñito. Ha empezado a saborear las mieles de lo que implica recibir regalos y ya se emociona en cuanto ve un paquete envuelto. Ver en un mismo día a Minie, Mickey, a los Reyes Magos, un teatro de títeres y saltar sobre un castillo hinchable junto a un montón de niños no tiene precio. 

Hasta el Roscón de Reyes desayunó por la mañana, eso sí, el haba me tocó a mi. Mi pago, un montón de besitos al peque y a papi (ojalá siempre me tocara el haba con tremendo castigo). Aquí les dejo nuestro roscón de Reyes, totalmente industrial y comprado a última hora pues es lo que tiene el seguir a los Reyes a donde quiera que van, al final no hemos estado en casa salvo para dormir.


En mis pensamientos siempre nos veía a papi y a mi como vemos a veces a otros papás, es decir, que seríamos aquellos papás que llevan a sus hijos a algo infantil para que se diviertan. Pero para lo que no estaba nada preparada era para el hecho de que yo misma, que nosotros mismos, disfrutaríamos con la misma intensidad que el peque, si cabe, de cada uno de los momentos. 

Cada sonrisa suya, cada asombro, cada pequeño aplauso o emoción eran tan genuinos, tan inocentes. ¡Qué sorpresa nos hemos llevado! qué bonito regalo de Reyes pues qué mejor regalo nos podrían hacer que el habernos traído tantas y tantas sonrisas...

miércoles, 4 de enero de 2012

Cuando Hay Tormenta


Ayer fue un día extraño. Por primera vez en toda su corta existencia el peque consiguió hacerme soltar lágrimas de frustración. Para empezar, el día ya pintaba mal desde la mañana, yo creo que se fue con sueño a la guardería y  que al fin y al cabo uno no se levanta del mejor humor todos los días. El caso es que eso marcó el resto del día. En algún momento antes de que yo lo recogiera debió de quedarse dormido, lo suficiente para coger fuerzas pero no como para que fuese reconstituyente hasta el punto de ponerlo de mejor humor.

En el almuerzo comió un poco pero seguidamente cogió sus platos, el de la comida y el de la fruta y los tiró al suelo con sus contenidos incluidos. Hecho este totalmente impropio en él, he de decir. Lo regañé pero sinceramente pareció no importarle en lo absoluto. Pensé que tan poca implicación eran debidas al sueño que debía tener, pues en la guardería se les pasó comentarme que el niño ya había dormido algo. Así que, estando así las cosas, me dispuse a llevarlo a dormir. Craso error. 

Desde la cuna gritaba, tiraba las chupas, a todos y cada uno de sus muñecos y hasta después de toser por el esfuerzo consiguió vomitar parte del almuerzo. Vamos, que hizo acopio de todas sus armas. Tanta y tan seguida sucesión de armamento creo que fue lo que me descolocó, uno tras otro hicieron aparición y mi mente no pudo o no supo asimilarlo en ese momento. Estaba totalmente confusa buscando una explicación a tanto escándalo. Normalmente soy mas reflexiva, paciente y comprensiva pero hay días en que una está mas cansada que otros y simplemente no sabes reaccionar ante las circunstancias. Y ayer no supe, me bloqueé. Me ofusqué en tratar de hacerlo dormir y él en empeñarse en que no lo haría en su cuna. 

Para cuando llegó papá del trabajo, ya casi a las cinco de la tarde, nos encontró a los dos llorando, cada uno por su motivo y los dos porque a pesar de todo no nos gustan ese tipo de situaciones y ante todo queríamos estar juntos. Papá me llevó a nuestra cama para que descansara y se fue con el peque a su cuarto y a hablarle con ternura explicándole todo. Al final, ambos nos dormimos con sus dulces palabras y por el aire nuevo y fresco que supuso su llegada, con calma, con temple y sin saturación.

Al despertar, el peque y yo nos buscamos con desesperación y pasamos una hora en el sofá acostados, pegaditos y bien abrazados, como pidiéndonos perdón mutuamente por nuestra obcecación. Espolvoreados de vez en cuando por los besos de papi que fingía hacer sus cosas mientras nos observaba con atención. Y ya, mas tarde, decidimos salir los tres a dar un paseo para renovar los aires y despejar las mentes. ¡Qué bien nos sentó!

Hoy me siento algo desgastada por el mal rato de ayer pero en paz por la feliz conclusión, feliz por tener al peque y muy, muy feliz por tener a papi. Y tampoco dejo de pensar en que, por la noche, me llamó un amigo que en esto de los hijos ya tiene algo mas de experiencia, pues ya tiene el tercero en camino, que me dijo; ¿y por qué si veías que no se dormía simplemente no cogiste su cochecito y te lo llevaste a dar un paseo? seguro que se hubiera dormido por el camino y todos felices. 

Era tan fácil, pero simplemente me obcequé y el peque también. De alguna manera ocurrió lo que nunca ocurre, en algún punto, nuestra cabezonería, la mía y la suya heredada de mi, fue conjurada para chocar el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar y lo mas importante, entre nosotros dos. 

Durante los malos momentos, en el fondo de mí, no dejaba de pensar en si nuestra relación se resentiría después de ese quebranto pero luego me quedó claro que no, nos hemos unido mas, hemos visto de cerca lo que es alejarnos el uno del otro tan solo un poquito y no nos ha gustado nada.

Ahora pienso en abrir mi mente y en encontrar posibles soluciones a situaciones como esta. ¿Me ayudas?