¿Dónde está el límite entre la diplomacia y lo que realmente quieres o te apetece hacer?. Realmente llevo unos días haciéndome esa pregunta. Cierto es, que la maternidad me ha dado el don de ser mas tajante, eso sí, con diplomacia. Ahora tengo mas definido lo que quiero y lo que no. Pero ahí está la diplomacia, siempre La Diplomacia Y Otros Miedos...
Y se me ha ocurrido pensar también que nuestra expresión de la diplomacia (al menos la mía), no es mas que un deseo de lo que queremos para nosotros de vuelta. Es decir, yo te apoyo, te incluyo, te respeto, soy correcta, amable, etc., porque quiero que así seas conmigo también. Porque se trata de vivir y dejar vivir en armonía. Pero, ¿qué ocurre cuando los resultados no son los esperados? ¿cuando no hay un entendimiento? ¿o cuando te encuentras con personas que sólo quieren recibir y recibir y recibir?.
Últimamente repartir diplomacia a diestro y siniestro se me está haciendo tan cuesta arriba. Hasta ahora no me había planteado los beneficios o no que ésto me pudiera reportar pero cuando tu yo interior reclama mas protagonismo y a su vez, no quieres desatender a los tuyos, se hace evidente una reestructuración de prioridades.
La maternidad también me está pidiendo a gritos que reclame y proteja mi espacio. Mi espacio. Mi claro de luna a cualquier hora del día. Si antes era una parte importante de mi, ahora es sagrada. Ya no tenemos la misma cantidad de tiempo de la que disponíamos antes y se nos hace patente el hecho de que hay que minimizar todo aquello que nos hace perderlo y nos desvía de lo que realmente queremos. Con salvedades claro, hay ciertas obligaciones que no querríamos pero son necesarias. Yo me refiero a las que no solo no nos aportan nada sino que nos restan tiempo, salud, humor, vida...
Pues he decidido dar prioridad a mi espacio, a mi salud mental, a mi y a los míos. Terminar de erradicar esas "distorsiones" de mi alrededor. Ejercer la libertad de decir NO cuando eso es realmente lo que quiero decir. A pequeña escala claro está, pues la que es diplomática lo es hasta el final. ;)
Pues yo creo que con diplomacia y educación todo se puede decir ;-)
ResponderEliminarEs cierto que cuando nos convertimos en madres necesitamos reclamar ese espacio que a veces se ve invadido por otras personas, por comentarios y opiniones a los que hay que poner límite
Por supuesto, eso que no falte. Yo me refería mas bien a cuando, por diplomacia, dices sí cuando realmente quieres decir no o tal vez mas tarde. Lo que pasa es que, por diplomacia, no he podido ser mas concreta!! ;)
ResponderEliminarBuena decisión, Yaneth. Piensa en ti y en los tuyos, y permítete ese espacio.... ¡y que nadie te diga cómo organizar tu vida!
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