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sábado, 3 de noviembre de 2012

Colaboraciones: El Vestidor



¿Has soñado alguna vez con tener un vestidor?. Pero no vale cualquiera. Estamos hablando de El Vestidor, así, a lo grande.
Y, al margen del sueño, ¿es necesaria tanta ropa?. Pincha en la imagen para leer mi entrada de hoy en el blog "De Tú A Tú" ... 

martes, 24 de enero de 2012

Reclamando Mi Espacio


Estoy exhausta. Hoy ha sido uno de esos días agotadores en los que no he podido desistir ni de estar con el peque ni de las obligaciones pendientes. Ha habido tiempo para todo a costa, por su puesto, de mi espalda, mi cabeza y un montón de partes del cuerpo que ahora mismo ni siento.

En fin, que como muchas otras madres. No soy de las que se erigen abanderadas de causas que ya muchas mujeres consiguieron antes o que están luchando por conseguirlas ahora mismo. Yo soy mas de las que transmite sus voces, sus palabras, todas a una. Todas anónimas y todas visibles.

Para que se hagan una idea de mi cansancio (¿o debería decir de mi ansia por descansar?), cuando estaba durmiendo al peque solo podía pensar en un baño espumoso, con velas, buena música, y por qué no, algún licorcito de los que a mi me gusta. Y lo más importante, SOLA.

Y es que mi cansancio no es solo físico, de repente mi yo interior ruge y reclama su espacio, un espacio  al que hoy no he tenido acceso y que sin él mi  agotamiento se acrecienta. Mi Claro de Luna.

En casa tenemos un jardín zen, bueno, un mini jardín zen. Está en la mesa de la sala tapado por un cristal. Lo teníamos desde antes de que llegara el peque y hoy agradecemos el sitio que encontramos para él, en la mesa, visible pero intocable. 

Lleva años ahí, y hasta hoy no había pensado en él, al menos en lo que a su uso se refiere. Supuestamente es algo relajante, se dice que aportan calma, hacen volar la mente, refrescan nuestra alma y nos acercan a la realidad de nuestra naturaleza más secreta. A nosotros no nos ha dado nada de eso la verdad (tampoco nos lo ha quitado), y eso que tiene todos los ingredientes; Arena, Piedras y hasta una vela. Pero nada. Por eso quedó atrapado en la mesa, entre la madera  y el cristal. Mas bien, queda muy bonito en la sala y pega con el resto de la casa, quizás esa sea su función aquí, le da un toque de armonía al sitio.

Cada uno tiene su propio "jardín zen" o claro de luna como lo llamo yo. Y en él haces aquello que mas te gusta y te relaja. A mi me gusta leer, escuchar música, darme un baño espumoso, pensar, pensar, pensar... Lo importante es encontrar esos ratos y saber disfrutarlos, forman parte de nuestro desarrollo y nos reconstruyen cuando estamos agotados. Mi Espacio.

Y para tí, ¿Cual es tu jardín Zen?



lunes, 28 de noviembre de 2011

La Diplomacia Y Otros Miedos


¿Dónde está el límite entre la diplomacia y lo que realmente quieres o te apetece hacer?. Realmente llevo unos días haciéndome esa pregunta. Cierto es, que la maternidad me ha dado el don de ser mas tajante, eso sí, con diplomacia. Ahora tengo mas definido lo que quiero y lo que no. Pero ahí está la diplomacia, siempre La Diplomacia Y Otros Miedos...

Y se me ha ocurrido pensar también que nuestra expresión de la diplomacia (al menos la mía), no es mas que un deseo de lo que queremos para nosotros de vuelta. Es decir, yo te apoyo, te incluyo, te respeto, soy correcta, amable, etc., porque quiero que así seas conmigo también. Porque se trata de vivir y dejar vivir en armonía. Pero, ¿qué ocurre cuando los resultados no son los esperados? ¿cuando no hay un entendimiento? ¿o cuando te encuentras con personas que sólo quieren recibir y recibir y recibir?. 

Últimamente repartir diplomacia a diestro y siniestro se me está haciendo tan cuesta arriba. Hasta ahora no me había planteado los beneficios o no que ésto me pudiera reportar pero cuando tu yo interior reclama mas protagonismo y a su vez, no quieres desatender a los tuyos, se hace evidente una reestructuración de prioridades.

La maternidad también me está pidiendo a gritos que reclame y proteja mi espacio. Mi espacio. Mi claro de luna a cualquier hora del día. Si antes era una parte importante de mi, ahora es sagrada. Ya no tenemos la misma cantidad de tiempo de la que disponíamos antes y se nos hace patente el hecho de que hay que minimizar todo aquello que nos hace perderlo y nos desvía de lo que realmente queremos. Con salvedades claro, hay ciertas obligaciones que no querríamos pero son necesarias. Yo me refiero a las que no solo no nos aportan nada sino que nos restan tiempo, salud, humor, vida...

Pues he decidido dar prioridad a mi espacio, a mi salud mental, a mi  y a los míos. Terminar de erradicar esas "distorsiones" de mi alrededor. Ejercer la libertad de decir NO cuando eso es realmente lo que quiero decir. A pequeña escala claro está, pues la que es diplomática lo es hasta el final. ;)