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viernes, 28 de junio de 2013

Dando La Nota: Reflexiones

Esta semana está siendo algo dura en muchos sentidos, es la última semana de guardería del peque antes de entrar en el "cole de los mayores" y si bien es verdad que tantos avances son motivo de alegrías, también es cierto que el cierre de esta etapa trae consigo algunas despedidas. Te despides de algunas personas y hasta un poquito también de tu propio hijo. De repente pasan por delante de ti sin cesar sus casi tres añitos de vida y te sientes intimidada por lo rápido que está creciendo. Y claro, todo este batiburrillo de emociones invita mucho a la reflexión
Hoy les traigo un tema de esos que te hace ahondar en tus reflexiones, te crea un ambiente agradable, suave, potenciado por la voz de su cantante, Paul McCartney. Disfrútenla.
"No More Lonely Nights" de Paul McCartney...


jueves, 3 de mayo de 2012

Preparándonos Para Dejar El Pañal...



Poco a poco se va acercando el momento de dejar el pañal. El peque parece estar ansioso por hacer sus necesidades donde lo hacemos nosotros y muchas veces me llama para decirme que está haciendo tal o cual cosa en el baño. Bueno, ya se que eso no es lo mismo que saber controlar el esfínter y avisar cuando se tienen ganas y esas cosas pero por algo se empieza. Vamos, que a estas alturas podemos decir que ya conoce bien a Pipí, Popó y sus diferentes variantes nominativos:
Como me han dicho que lo mejor es comenzar con el cambio en verano, por aquello de que en invierno con el frío la cosa se complica, pues le estamos dando tiempo al peque a madurar la situación (y acrecentando sus ansias), mientras esperamos a que llegue el calorcito.

Mientras tanto, he estado investigando un poco sobre cual de las opciones sería la mas adecuada en nuestro caso. Parecía muy fácil pero al final me he visto haciendo todo un estudio de mercado. Básicamente las opciones son las siguientes; el uso del orinal o directamente el váter con o sin reductor de asiento. Parece sencillo ¿verdad?. Lo mas fácil es elegir la opción y a partir de ahí hay un sin fín de modelos.

Orinales hay muchísimos, desde los mas básicos:
También están las "perfectas" imitaciones de váter:



Pasando por los que son 3 en 1, es decir, orinal, reductor y alzador;




Hasta los hay con música o ruidos que animan a los niños a seguir efectuando la "operación" con éxito:




Sobre los orinales hay muchas opiniones, hay quien los acoge como primer paso y hay quien piensa que para qué añadir un paso intermedio cuando se puede enseñar al peque a hacer sus necesidades en el váter. 

Así que si lo que queremos es saltarnos la fase del orinal, podemos enseñar al peque directamente en el váter,  y en prevención de que se nos "cuelen" por el agujero añadirles un reductor al asiento. Parece mas sencillo pero con los reductores ocurre prácticamente lo mismo que con los orinales, los hay sencillos, anatómicos, con o sin respaldo, con muñecos...
Y claro, también existe la versión con alzador porque, ya puestos, al principio a los peques les cuesta llegar hasta arriba para sentarse.




A veces parece que en según qué cuestiones con el paso del tiempo vamos complicando las cosas. Mis ojos (jóvenes, por cierto) llegaron a ver casas antiguas con baños donde el váter era un agujero en el suelo. ¡Qué fácil sería para los niños entonces!...y económico, y práctico... Aunque sí, estamos deacuerdo en que esa opción también tiene otros muchos inconvenientes. 


Hoy en día lo sencillo es lo complicado a la vez. Tenemos un montón de opciones y lo que mas cuesta a veces es elegir y tomar la decisión mas adecuada, pues se trata mas bien de acertar con lo que pensamos que le pueda ir mejor a nuestros hijos. Muchos incluso escogen varias de las opciones a la vez, hay muchas casas con orinal y reductor para según qué casos.


Y tú ¿qué opción has elegido o piensas elegir para tu hij@?.

viernes, 2 de marzo de 2012

Huele A Despedida



Aún sin mirar los días que quedan en el calendario hasta nuestra partida, ya empezamos a sentir el sabor amargo de la despedida. De repente, un día, te despiertas con una angustia inexplicable, los silencios se hacen notar y son mas prolongados, los abrazos son mas largos y los besos mas profundos. Huele a despedida.

Comienzas a pensar en las maletas, en las últimas compras, las últimas visitas, las últimas despedidas. Y es que, huele a despedida.


Cuando además has estado viviendo con tus anfitriones y cuentas con la incomparable presencia de un niño, todas las vivencias se agudizan. Se establece una rutina con el día a día y el niño está presente cada minuto, cada segundo. Girando todo en función de él de tal manera, que tras la marcha la ausencia se siente como un gran vacío. Y es el temor de ese vacío lo que nos preocupa. 


Por fortuna, el tiempo no juega a nuestro favor, son tantas las cosas por hacer, tantos los últimos preparativos y las despedidas que el tiempo pasa furtivo y veloz, dejándonos poco espacio para la reflexión y la tristeza. Nos queda la promesa y la esperanza de vernos pronto.