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viernes, 5 de abril de 2013

Dando La Nota: Noche Sensual


¿Que les parece si le damos un toque de picardía y sensualidad a la noche?. Apaga luces. Una vela aquí y otra allí. Un par de copas del licor que mas te guste. Un baño espumoso. Sumérgete y cierra los ojos... 

Yo pongo la música y luego me iré sin que te des cuenta...

"Me And Mrs. Jones" de Billy Paul.


Noche Sensual

jueves, 3 de mayo de 2012

Preparándonos Para Dejar El Pañal...



Poco a poco se va acercando el momento de dejar el pañal. El peque parece estar ansioso por hacer sus necesidades donde lo hacemos nosotros y muchas veces me llama para decirme que está haciendo tal o cual cosa en el baño. Bueno, ya se que eso no es lo mismo que saber controlar el esfínter y avisar cuando se tienen ganas y esas cosas pero por algo se empieza. Vamos, que a estas alturas podemos decir que ya conoce bien a Pipí, Popó y sus diferentes variantes nominativos:
Como me han dicho que lo mejor es comenzar con el cambio en verano, por aquello de que en invierno con el frío la cosa se complica, pues le estamos dando tiempo al peque a madurar la situación (y acrecentando sus ansias), mientras esperamos a que llegue el calorcito.

Mientras tanto, he estado investigando un poco sobre cual de las opciones sería la mas adecuada en nuestro caso. Parecía muy fácil pero al final me he visto haciendo todo un estudio de mercado. Básicamente las opciones son las siguientes; el uso del orinal o directamente el váter con o sin reductor de asiento. Parece sencillo ¿verdad?. Lo mas fácil es elegir la opción y a partir de ahí hay un sin fín de modelos.

Orinales hay muchísimos, desde los mas básicos:
También están las "perfectas" imitaciones de váter:



Pasando por los que son 3 en 1, es decir, orinal, reductor y alzador;




Hasta los hay con música o ruidos que animan a los niños a seguir efectuando la "operación" con éxito:




Sobre los orinales hay muchas opiniones, hay quien los acoge como primer paso y hay quien piensa que para qué añadir un paso intermedio cuando se puede enseñar al peque a hacer sus necesidades en el váter. 

Así que si lo que queremos es saltarnos la fase del orinal, podemos enseñar al peque directamente en el váter,  y en prevención de que se nos "cuelen" por el agujero añadirles un reductor al asiento. Parece mas sencillo pero con los reductores ocurre prácticamente lo mismo que con los orinales, los hay sencillos, anatómicos, con o sin respaldo, con muñecos...
Y claro, también existe la versión con alzador porque, ya puestos, al principio a los peques les cuesta llegar hasta arriba para sentarse.




A veces parece que en según qué cuestiones con el paso del tiempo vamos complicando las cosas. Mis ojos (jóvenes, por cierto) llegaron a ver casas antiguas con baños donde el váter era un agujero en el suelo. ¡Qué fácil sería para los niños entonces!...y económico, y práctico... Aunque sí, estamos deacuerdo en que esa opción también tiene otros muchos inconvenientes. 


Hoy en día lo sencillo es lo complicado a la vez. Tenemos un montón de opciones y lo que mas cuesta a veces es elegir y tomar la decisión mas adecuada, pues se trata mas bien de acertar con lo que pensamos que le pueda ir mejor a nuestros hijos. Muchos incluso escogen varias de las opciones a la vez, hay muchas casas con orinal y reductor para según qué casos.


Y tú ¿qué opción has elegido o piensas elegir para tu hij@?.

martes, 7 de febrero de 2012

Pérdidas Innecesarias


Hace unos días me encontré con la siguiente frase de Paulo Coelho: "Cuántas cosas perdemos por miedo a Perder...". Se me ocurren muchos sentimientos de pérdida a los que asociar esta frase, es más, este tipo de frase tan genérica normalmente hace que  cada uno la interprete según lo que mas le preocupa en el momento. Yo no he podido evitar compararla con el mundo en el que estoy tan involucrada, el de la maternidad
De repente, se han agolpado en mi mente un montón de momentos que muchos pierden por miedo a perder:
  • Dormir con tu hijo: cuántos no han dormido nunca con sus hijos por miedo a "no poder sacarlo de la cama nunca mas". Ni siquiera se toman la molestia de enseñarles una pauta. No, se erradica "el problema" de raíz. Lástima, pues una vez lo pruebas, ¡quieres repetir!
  • Brazos: Negarle los brazos a tu hijo es negarte a tí mismo tanto amor, tanta ternura. ¿Por qué perder todo eso?.
  • Lactancia Materna: Si mi hijo recibió un montón de beneficios al tomar leche materna, les puedo asegurar que lo que recibí yo fue maravilloso. Esos momentos fueron solo míos y de él y no los cambiaría por nada. Ahí forjamos nuestra complicidad, nuestra pequeña gran historia.
  • Chupa: Conozco a varias personas que decidieron no dar chupa a sus hijos por miedo a no poder quitársela después. ¿Por qué anticiparse a lo que no se sabe?, especialmente cuando tu hijo lo pasa mal si no se la ofreces. Cierto es que nacen sin saber lo que es una chupa pero en ocasiones les son muy necesarias. Les calma, les relaja. Tú eres su guía y le enseñarás cómo usarla.
  • Bañarte con tu hijo: Bañarte con tu hijo es otra de los grandes momentos gratificantes. Hace poco, y con motivo de un post que publiqué se suscitaron diversas opiniones. Hubo personas que opinaban que bañarse con su hijo era algo antihigiénico. Imagino que estas personas no irán a la playa o a la piscina.  Los respeto, respeto su opinión pero no la comparto. ¡Cuántos momentos perdidos!
  • Vacunar a tu hijo: No vacunar a tu hijo implica, en mi opinión una pérdida mucho mas grande porque, además, estás jugando con su vida.

Con esto no pretendo hacer un dogma de ley, salvo en el caso de las vacunas, pero quisiera que se tomaran como sanos consejos que llevar a la práctica. Hoy en día, muchos de mis momentos de felicidad están totalmente relacionados con estos puntos. Y como el concepto de felicidad es distinto para cada uno, posiblemente estos puntos serán distintos para según quien los lea y sus circunstancias. Lo importante es que no te niegues a ti misma ni a tu hijo algo que esté en tu mano solo porque está escrito o por temores infundados. Escucha a tu instinto y olvídate de los prejuicios y los malos consejos pues estos provocan pérdidas innecesarias

martes, 24 de enero de 2012

Reclamando Mi Espacio


Estoy exhausta. Hoy ha sido uno de esos días agotadores en los que no he podido desistir ni de estar con el peque ni de las obligaciones pendientes. Ha habido tiempo para todo a costa, por su puesto, de mi espalda, mi cabeza y un montón de partes del cuerpo que ahora mismo ni siento.

En fin, que como muchas otras madres. No soy de las que se erigen abanderadas de causas que ya muchas mujeres consiguieron antes o que están luchando por conseguirlas ahora mismo. Yo soy mas de las que transmite sus voces, sus palabras, todas a una. Todas anónimas y todas visibles.

Para que se hagan una idea de mi cansancio (¿o debería decir de mi ansia por descansar?), cuando estaba durmiendo al peque solo podía pensar en un baño espumoso, con velas, buena música, y por qué no, algún licorcito de los que a mi me gusta. Y lo más importante, SOLA.

Y es que mi cansancio no es solo físico, de repente mi yo interior ruge y reclama su espacio, un espacio  al que hoy no he tenido acceso y que sin él mi  agotamiento se acrecienta. Mi Claro de Luna.

En casa tenemos un jardín zen, bueno, un mini jardín zen. Está en la mesa de la sala tapado por un cristal. Lo teníamos desde antes de que llegara el peque y hoy agradecemos el sitio que encontramos para él, en la mesa, visible pero intocable. 

Lleva años ahí, y hasta hoy no había pensado en él, al menos en lo que a su uso se refiere. Supuestamente es algo relajante, se dice que aportan calma, hacen volar la mente, refrescan nuestra alma y nos acercan a la realidad de nuestra naturaleza más secreta. A nosotros no nos ha dado nada de eso la verdad (tampoco nos lo ha quitado), y eso que tiene todos los ingredientes; Arena, Piedras y hasta una vela. Pero nada. Por eso quedó atrapado en la mesa, entre la madera  y el cristal. Mas bien, queda muy bonito en la sala y pega con el resto de la casa, quizás esa sea su función aquí, le da un toque de armonía al sitio.

Cada uno tiene su propio "jardín zen" o claro de luna como lo llamo yo. Y en él haces aquello que mas te gusta y te relaja. A mi me gusta leer, escuchar música, darme un baño espumoso, pensar, pensar, pensar... Lo importante es encontrar esos ratos y saber disfrutarlos, forman parte de nuestro desarrollo y nos reconstruyen cuando estamos agotados. Mi Espacio.

Y para tí, ¿Cual es tu jardín Zen?



lunes, 16 de enero de 2012

La Completa Aceptación


"SU COMPLETA ACEPTACIÓN ME HACE SENTIR TAN BIEN CONMIGO MISMA". 





Hoy me he topado con esta viñeta de Cathy Thorne que me produjo una ternura indescriptible. En pocas palabras ha descrito exactamente lo que siento en situaciones como las de la imagen.

He de decir que soy muy asidua a bañarme con el peque, de vez en cuando llenamos la bañera y ahí que nos metemos los dos, bueno, los dos y mamá pata con sus patitos, dos cangrejitos, un perrito (¿o es una oveja?, aún no lo tengo claro), una pelota, una pistola de agua, varios pececitos y hasta un par de ranas. Todos de goma y asiduos acompañantes del peque durante el baño.

Al meterme en la bañera no puedo evitar sentir una especie de pudor, tanto más si coincide con que no has tenido tiempo de depilarte o estás un poquito mas rellenita de lo usual. Entonces miro a mi bebé, tan puro, tan inocente, tan libre de estereotipos y prejuicios que me mira con esa "completa aceptación". Con esa felicidad anticipada.

Luego ocurre algo muy bonito. No solo me desvisto por fuera sino también por dentro, me quito ese velo que cubre mis ojos hacia mi misma y me veo pura, en esencia, como él. Como si fuera niña otra vez, cuando no había otra cosa mas que el amor de tus padres y tus hermanas, los juegos y las sonrisas, sin nada que lo ensucie.

Jugamos, chapoteamos, nos embadurnamos de jabón, nos hacemos cosquillas. Hasta que nuestros dedos se quedan arrugados y el agua deja de ser tibia y empieza a enfriarse. Y renovados, relajados, refrescados y felices nos recibe papi con nuestras respectivas toallas. 

Y a tí, ¿también te han hecho sentir así?