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"La Culpa". Óleo de Barbaro Toranzo Gordillo |
La maternidad trae consigo muchas cosas inesperadas y digo inesperadas porque aunque te hayan hablado de ellas y realmente las "esperes" lo cierto es que tu forma de vivirla, tu experiencia, será única y especial, de eso no tengas ninguna duda.
Tu vida cambia, no creo que sea adecuado tampoco decir si a mejor o a peor. Yo diría mas bien que es diferente, completa, llena. Antes de la maternidad quizás no fueras consciente de que te faltaba algo pero lo cierto es que cuando eres madre muchas veces te sorprendes a ti misma preguntándote cómo has podido vivir todo este tiempo sin tu hijo. Yo pienso que todo tiene su momento.
Paralelamente y en estos tiempos que corren, hay algo que también viene aparejado a la maternidad y es la culpa. No recuerdo nunca antes en mi vida haber recibido tantas presiones de mi entorno, cercano o lejano eso da igual, el hecho es que son presiones que impiden en muchas ocasiones, demasiadas, que puedas disfrutar de tu maternidad.
Al comienzo nuestra inseguridad y nuestro desconocimiento hacen que nos sintamos no solo perdidas sino culpables. A este respecto me resulta muy idónea aquella afirmación de que la culpabilidad es una invención cultural, es inexistente en tanto que cada uno tiene su circunstancia y su naturaleza. Por no olvidar el hecho de que, desde Eva en el paraíso, las mujeres hemos ido arrastrando esa culpa generación tras generación.
Hay presiones por todo; si das o no el pecho, si coges o no a tu hijo en brazos, si le das chupete o no, si lo llevas a la guardería o se queda contigo en casa, colecho o no colecho y un largo etcétera. Realmente, al principio te sientes tan perdida que no atinas a nada. Todo es nuevo y todos opinan.
En la mayoría de las ocasiones no es solo una la respuesta correcta. Cada hogar, cada familia y sus componentes son muy diferentes de los demás, lo que a unos les va bien a otros no les sienta. En cuanto comencé a sentirme mas segura, y esto lo consigues conociendo a tu hijo y a base de la experiencia que te concede el tiempo junto a él, por fin pude ver las cosas con algo mas de claridad y tomé dos decisiones inmediatas; 1) Estar siempre informada de tal manera que consiga tener mi mente abierta aceptando además los consejos como lo que son, consejos, los tomas o no en función de tu conveniencia. 2) No dejar que nadie tome las decisiones por mí, nadie mejor que yo conoce a mi hijo y si cometo un "error" será mío y no el de otra persona ajena a mi hogar y que carece de toda la información que los que vivimos en dicho hogar poseemos.
Después de eso me siento cada día mas libre de culpa.