martes, 24 de enero de 2012

Reclamando Mi Espacio


Estoy exhausta. Hoy ha sido uno de esos días agotadores en los que no he podido desistir ni de estar con el peque ni de las obligaciones pendientes. Ha habido tiempo para todo a costa, por su puesto, de mi espalda, mi cabeza y un montón de partes del cuerpo que ahora mismo ni siento.

En fin, que como muchas otras madres. No soy de las que se erigen abanderadas de causas que ya muchas mujeres consiguieron antes o que están luchando por conseguirlas ahora mismo. Yo soy mas de las que transmite sus voces, sus palabras, todas a una. Todas anónimas y todas visibles.

Para que se hagan una idea de mi cansancio (¿o debería decir de mi ansia por descansar?), cuando estaba durmiendo al peque solo podía pensar en un baño espumoso, con velas, buena música, y por qué no, algún licorcito de los que a mi me gusta. Y lo más importante, SOLA.

Y es que mi cansancio no es solo físico, de repente mi yo interior ruge y reclama su espacio, un espacio  al que hoy no he tenido acceso y que sin él mi  agotamiento se acrecienta. Mi Claro de Luna.

En casa tenemos un jardín zen, bueno, un mini jardín zen. Está en la mesa de la sala tapado por un cristal. Lo teníamos desde antes de que llegara el peque y hoy agradecemos el sitio que encontramos para él, en la mesa, visible pero intocable. 

Lleva años ahí, y hasta hoy no había pensado en él, al menos en lo que a su uso se refiere. Supuestamente es algo relajante, se dice que aportan calma, hacen volar la mente, refrescan nuestra alma y nos acercan a la realidad de nuestra naturaleza más secreta. A nosotros no nos ha dado nada de eso la verdad (tampoco nos lo ha quitado), y eso que tiene todos los ingredientes; Arena, Piedras y hasta una vela. Pero nada. Por eso quedó atrapado en la mesa, entre la madera  y el cristal. Mas bien, queda muy bonito en la sala y pega con el resto de la casa, quizás esa sea su función aquí, le da un toque de armonía al sitio.

Cada uno tiene su propio "jardín zen" o claro de luna como lo llamo yo. Y en él haces aquello que mas te gusta y te relaja. A mi me gusta leer, escuchar música, darme un baño espumoso, pensar, pensar, pensar... Lo importante es encontrar esos ratos y saber disfrutarlos, forman parte de nuestro desarrollo y nos reconstruyen cuando estamos agotados. Mi Espacio.

Y para tí, ¿Cual es tu jardín Zen?



domingo, 22 de enero de 2012

¡Papá, Despierta!


Hoy, como algunas tardes de domingo, nos hemos dormido la siesta los tres juntos. Mi despertar fue con el peque sobre mí, cachete con cachete. Allá, en la profundidad de mi sueño, recuerdo haber pensado: "¡Ay no!, por qué no despierta a papá primero...". No, claro que no, a papá no lo despierta ni una bomba estallando a centímetros de él. El peque ya lo ha intentado otras veces y como sabe que mami sí despierta a la primera ya viene a por mí, a lo seguro. No me importa, me encantan esos despertares cariñosos que me da.

Pero, con respecto a papá, tengo una teoría. Me resulta increíble que no se despierte cuando el peque se pega a él cachete con cachete, o cuando, viendo que no funciona, se sube encima y empieza a trotar cual jinete en un caballito, o cuando le pega en la cara con sus manitas como último intento. Intentos frustrados todos ellos dicho sea de paso. ¡Papá, Despierta!.

Y aquí va mi teoría, con base y todo, que conste que no me la saqué de la manga. Pueden leer una ampliación de la misma aquíPapá no se levanta porque sabe que mamá lo hará, siempre. Entonces, sus mecanismos neuronales se desactivan y se acaba perdiendo sin remedio (y sin culpa) en un sueño inquebrantable. Para confirmar mi teoría, he de decir que papá se levanta cuando sabe previamente que ha de ser él quien lo hará (mamá está enferma, agotada, el peque está realmente enfermito o alguna otra causa de fuerza mayor). Entonces asume la responsabilidad y va. 

Con esto, llegamos a mi segunda conclusión; qué facilidad tienen muchos hombres, y me atrevo a extenderlo al común del género después de haber escuchado un montón de testimonios de otras mujeres (¡y de los propios hombres!) para conectar y desconectar de según qué funciones o situaciones. Sin darle vueltas a la cabeza, simplemente conectan o desconectan. Admirable.

Obviamente, la teoría tiene excepciones, y mientras en unos hogares se levantan ambos padres, en otros, (los menos, me atrevería a decir) es papá quien lo hace siempre. Incluso se de casos donde se han "pactado" los turnos con premeditación y a partes iguales. 

Los casos son tan variados como hogares hay. El mío creo que ya ha quedado claro. ¿Cual es tu caso?

viernes, 20 de enero de 2012

Desisto Y No

Hay tardes, como las de ayer, en las que simplemente desisto de recoger, desisto de cocinar, desisto de ordenar, y hasta desisto de caminar. Y si pudiera desistir de pensar seguro que también lo haría. Son días en los que el peque parece no querer ver nada en su sitio y todo lo que yo coloco él va detrás y lo vuelve a tirar. Está inquieto y se desespera. Y nos desespera.

Conozco esa faceta. Es su manera (y la de muchos otros) de llamar la atención y de mostrar su descontento ante algo que no sabe cómo expresar. Lo que traducido al lenguaje adulto significa: "¡Me aburro! ¡Quiero salir a distraerme y jugar ahora mismo!". 

Y si a esto le añades que justo ahora, y después de un montón de meses de dolores y molestias en la encía, es cuando sus dientecitos se empeñan en querer salir todos a la vez y que, como colofón, ayer le tocó vacuna de la varicela. El pobrecillo debe tener un volcán interior a punto de erupcionar y llevarse todo lo que encuentre a su paso.

Por eso, porque como su madre que soy, lo entiendo. Entiendo su frustración y su malestar. Y no desisto porque esté harta de recoger o porque mis esfuerzos sean infructuosos sino porque entiendo que su mensaje es de ayuda, de socorro. Y desisto para poder estar con él, para acompañarlo y hacerle pasar esos ratos de forma mas llevadera. Desisto Y No.

Solo hay que dar ese paso. Desistir de algunas obligaciones que pueden ser postergadas. Y no desistir de tu hijo, salir a pasear, calmarlo, distraerlo de lo que le pone irascible. A veces nos obcecamos y no sabemos verlo pero cuando lo hacemos, cuando escuchamos a nuestro propio instinto ¡cuánto agradecimiento recibimos!. 

Anoche me dormí con el eco de sus besitos chiquititos por toda mi cara y esta mañana, en cuanto se despertó, continuó por donde lo había dejado al dormirse, para que yo no pensara que había sido solo un sueño.


miércoles, 18 de enero de 2012

Miércoles Mudo: ¡Vuelve Ya!


Mi hermana menor se fue hace tres meses a la India con una ONG. Como ven, está totalmente integrada. Desde aquí la extrañamos y le pedimos que vuelva.

¡VUELVE YA!