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lunes, 4 de febrero de 2013

Sorteo: Embarazo En Peso



Estar embarazada supone una gran responsabilidad, requiere de un gran cuidado sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro estado de tal manera que se verá reflejado en ese pequeño ser que se está desarrollando en nuestro interior. Desde que nos enteramos de que estamos embarazadas nos convertimos automáticamente en mamás y damos rienda suelta a toda nuestra capacidad protectora.

Son muchas las cuestiones que hemos de tener en cuenta, máxime cuando debido a este estado nuestras hormonas se revolucionan como pelotas de ping pong y muchas veces no sabemos en qué puede desencadenar. Es por ello que se hace importante nuestro cuidado para minimizar los posibles riesgos y uno de los factores mas importantes a cuidar es el peso.

"Embarazo en peso" es una aplicación que te ayudará a llevar un mejor control en tu embarazo. La aplicación analiza tu peso actual, tus semanas de gestación, tus preferencias alimenticias y tu salud para, semanalmente, ofrecerte la dieta que necesitas para no engordar más de lo necesario y así encontrarte mejor, a la vez que aportas a tu bebé todos los nutrientes que necesita.

Es muy probable que ya te hayas dado cuenta de que, para muchas cosas, la unidad de medida de tu embarazo será en semanas y como tal será también tu control. A través de esta aplicación no solo la futura mamá obtendrá una dieta afín a sus características personales sino también un seguimiento de sus objetivos, logros y metas. De la misma manera que en cada mujer es única, cada embarazo también lo será haciéndose necesario mas aún un control personalizado. No todas respondemos de la misma manera a los distintos alimentos, ni tenemos los mismos gustos y preferencias y ni mucho menos reaccionamos igual a las diferentes dietas.

"Embarazo en peso" ha pensado en nosotras y nos ofrece todos estos servicios aunados en una misma aplicación. Además, gracias a ellos hoy podemos sortear en este blog dos servicios gratuitos para dos futuras mamás. Esto quiere decir que hay dos premios y, por tanto, dos ganadoras, así que si estás embarazada o conoces a alguien que lo esté no dudes en participar.

Las condiciones del sorteo son las siguientes:

1.- Hacerte seguidor de la página de TodoPapás en facebook, aquí.

2.- Hacerte seguidor de My Points Of View en facebook, aquí.

3.- Escribir un comentario en esta misma entrada diciéndonos el nombre del perfil con el que participas y qué consideras que está siendo lo mejor y lo peor de tu embarazo.


No olvides difundir este sorteo en tu muro de facebook y/o donde creas conveniente. Este sorteo será solo aplicable dentro de España y dará comienzo a partir de ahora mismo hasta el próximo martes 12 de Febrero.


¡MUCHA SUERTE Y A PARTICIPAR!


domingo, 9 de septiembre de 2012

Mi Niño De Mamá

Pintura de Katie M. Berggren
Dicen que los niños son mas de mamá y las niñas mas de papá. No se si es cierto, supongo que, como siempre, dependerá del niño o la niña y del papá o la mamá.

Yo solo se que mi hijo es muy de mamá, que a sus dos añitos a veces me pide que vaya atrás sentada en el coche con él y que le de la mano. También se que cuando hay música siempre me saca a bailar, da igual la canción, aunque le gustan especialmente las lentas porque bailamos pegaditos, mejilla con mejilla. Damos mil vueltas y reímos y reímos.

Otras veces, sin previo aviso, me coge de las orejas o del cuello, me abraza fuerte y me llena de besos. O me observa con esa mirada única. Única porque es solo suya y única porque es solo para mi. Una mirada intensa, de amor, admiración y llena de todo su querer concentrado.

Prefiere compartir un helado con dos cucharitas, o tres, y se desvive por ayudar en las labores del hogar. Jamás permite que salga muy cargada del supermercado y se presta voluntario para aliviar mi peso.

Nos gusta leer libros juntos y comentarlos y, por las noches, justo antes de dormir, le gusta contarme lo que mas le impresionó del día. 


Qué orgullo ser su TODO y qué privilegio. Y qué feliz se le ve desde que nació porque desde entonces descubrió que es correspondido. Mi niño de mamá...

En palabras de Carlos González

"...Un bebé no te quiere con el cariño profundo y pausado de un marido de 5 años. Un bebé te quiere con un cariño de novio, un bebé no te quiere soltar ni un segundo porque te ama con locura. Dentro de 5 años también te querrá con cariño de 5 años, en ese momento los niños sí que jugarán mucho rato solos, y dentro de 10 años estará contentísimo de irse de colonias y dentro de 15 años te pedirá 10 euros para irse con los amigos a comprarse una pizza, pero ahora no. Ahora está enamoradísimo."

jueves, 17 de mayo de 2012

Desvelados



Alrededor de las 2 de la madrugada del martes 15 de Mayo, el peque es trasladado (por mí) de su cuna a nuestra cama todo sudoroso y sofocado, plena ola de calor mediante. Ahora somos tres sudorosos y sofocados en la misma cama, bueno dos, papi duerme como un bendito y ni siente ni padece.

Más tarde, sobre las 2:30 a.m y después de un montón de vueltas con sus diferentes posturas, lleno de besos al peque y con palabras suaves lo animo a seguir durmiendo. Mami también se ha desvelado y no podrá dormir hasta que el peque se duerma, como mínimo.

2:35 a.m: Peque, ¿quieres agüita?. Espérame aquí que mami te va a traer agua ¿si?. Mami aprovecha para ir al baño y cuando está allí oye al peque (y medio barrio también): 
- ¡Papiiii! Mami....
- ¡¡Papiiiii!!
- Mmmmm... (papi parece escuchar algo, el resto del barrio ya debe estar despierto).
-¡¡Papi!! Mami, ¡¡agua!!
- Mmmmm... ¿¿eeeehhh??
- ¡Papi! Mami, agua ¡YEEEEEEEEEEEEEE!
- Mmmmm... sí, vamos a esperar a que venga mami con el agua ¿ok?, cierra los ojos mientras (¡ja! las lleva claras jajaja, buen intento anyway).
- ¡Mami! ¡Mami! ¡Yeeeeeeeeeeee!! ¡Agua!
Mami llega por fin con el agua bien fresquita, ella ya se ha bebido un vaso y lleva uno para el peque y otro para papi, 
-¡Agua! ¡Agua! ¡¡Mami!! ¡Yeeeeeeee!. (Un poco mas y me hace la ola, así sí vale la pena levantarse durante la noche).
El peque no para de hablar mientras se bebe su vasito de agua, papi se lo bebe muy lentamente, me sorprende y le explico que se lo he traído a él también porque hace muchísimo calor. A papi le invade un sentimiento parecido a la vergüenza y me doy cuenta de que comienza a destaparse poco a poco. ¡Estaba tapado con el edredón!. Para no hacerme sentir mal se bebe toda el agua... :O

2:50 a.m:  Ya fresquitos nos volvemos a acostar. Vamos peque, todos a dormir ya....
- Zzzzzzzzz Zzzzzzzzzzz.... (Papi ya está durmiendo.... hay que ver como se estresa este hombre...).

3:00 a.m: El peque y yo necesitamos ayuda externa, estamos demasiado despiertos. Espera peque, voy a traerte tu estrellita.
- ¡Tita! Yeeeeeeeeeeee!. (Vaya, que emoción, y eso que llevamos meses sin usarla...)
- ¡¡¡Papi!!!! ¡Titaaaa!! (¡Ay! alma de cántaro!)
- Zzzzzzzzzz Zzzzzzzzzzzz...
Vuelvo con la estrellita, es musical y con proyector, tiene tres melodías distintas, para nosotros dos porque la última no parece gustarnos mucho a ninguno. También puedes regular el tiempo, 5 y 10 minutos. En ocasiones como esta vendría bien la opción de los 30 minutos. Opto por la de los 10 minutos. Apenas lo enciendo:
- ¡Mami! ¡Oso!
- Si mi vida, es un oso. Bueno, mas bien es una osita, con antenas, pero una osita al fin y al cabo.
-¡Osita! ¡Osita, Mami!!
-¡Papi! ¡Osita!
- Zzzzzzzzzzz Zzzzzzzzzz...
La osita no se mueve, claro, la estrella lleva meses sin usarse y encima no estaba apagada así que el proyector no gira y se ha quedado estancado en la osita. Bueno, al menos suena y vemos a la dichosa osita...

3:15 a.m: Acaban los diez minutos, me pongo tensa en espera de que el peque se haya dormido. Dos respiraciones profundas y...
-¡Mami! ¡se acabó osita!. 
- Si, mi cielo, se acabó pero no te preocupes que mami la vuelve a poner otra vez.
-¡Papi! ¡Osita ota vez!
- Zzzzzzzzzz... Zzzzzzzzzzz... (que hijo tan ingenuo tengo, eso sí, es persistente, eso es bueno....)
Vuelvo a poner la estrellita, esta vez opto por la segunda melodía por aquello de tener algo de varidad...
El peque se emociona, me llena de besos y nos disponemos a ver la proyección estática en el techo. Ésta vez ya estamos mas relajados, puede que ya sea la definitiva...

3:25 a.m: Oigo su respiración profunda, acaba la música, vuelvo a ponerme tensa. Esta vez mi angelito se ha quedado dormido. Lo lleno de besos.

Ahora mami ya puede relajarse y dormir, ahora sí podré descansar. Mañana lo dejaré dormir un ratito mas, estará agotado... Qué raro es esto del sueño, siempre que se desvela le dura una hora y media, nunca se duerme antes... ¡Pero qué calor está haciendo!, quien fuera como papi que no se entera de nada, ni calor tiene (Zzzzzzzzzzzzzzzzz)... En cuanto me levante pongo una lavadora, el  otro uniforme debe estar limpio y seco a mediodía para llevárselo a la casa de la abuela para el miércoles, con este calor fijo que se seca rapidísimo, ¿qué hará el peque en la guardería para ensuciarse tanto?... ¡Ay! olvidé comprar las cebollas para el puré, mañana las compraré después de dejar al peque en la guardería... Tendré que aplazar lo de la ITV del coche, eso me va a tomar mucho mas tiempo... ¿Qué hora será ya?, ahora lo miro... Zzzzzzzzzzzz...



lunes, 20 de febrero de 2012

Mamá, Mami, Maaaá


Mamá cuando me llama. Mamá para los asuntos cotidianos.

Mami cuando me busca, cuando me necesita, cuando me quiere abrazar y hacer cariñitos. Mami con ternura.

Maaaá cuando me quedo atrás y quiere que lo siga. Maaaá en la distancia.

Y Tatá cuando llama a papá y mamá, a los dos, en plural.

Siento que yo no cambio aunque me llame de diferentes maneras. Siento su amor en todas ellas. 

Mamá que alimenta, mamá que juega, mamá que ama, mamá que asea, mamá que regaña, mamá que besa...

Todas lo adoran, todas lo quieren.

jueves, 9 de febrero de 2012

Detalles



Me he dado cuenta de que desde que soy mamá me fijo más en determinados detalles cuando voy por la calle. Detalles en los que antes no reparaba. Detalles de otras mamás con sus hijos. No importa la edad que tengan, son detalles que van quedando en mi retina y que mi memoria guarda por alguna razón. 

El primero fue hace unos cuantos meses, yo iba por la calle y delante de mí iba un niño de unos 6 años de la mano de su madre. Me llamaron la atención porque de vez en cuando hacían saltos extraños y entonces me fijé mejor en lo que hacían. Cada varios pasos daban un salto, los dos. Pasito, pasito, pasito, Salto! Pasito, pasito, pasito, Salto!.

Y así todo el tiempo que los tuve delante. Yo acababa de tener a mi pequeñín y me sorprendió que la madre jugara al mismo juego sin ningún tipo de vergüenza, no miraba hacia los lados, y no parecía importarle lo que ocurría alrededor, lo que pensaran los demás. Los dos se reían, aumentaban pasos antes del salto, intentaban distraerse mutuamente para que el otro perdiera la cuenta y se volvían a reír si alguno contaba mal.

Fui testigo mudo de sus juegos. Sabía que el momento era especial pero es ahora cuando entiendo la verdadera esencia de esa complicidad. Donde no hay un mundo alrededor, solo tu hijo y tú.

El segundo detalle lo presencié también hace unos meses. Tampoco he podido olvidarlo y éste viene a mi memoria con bastante asiduidad. Ocurrió un día en que me vi desayunando sola en una cafetería, me estaba tomando un café mientras leía y al levantar la cabeza vi, en la mesa que estaba frente a mi, a una madre sentada con su hijo de unos 12 años. Me extrañó, pues el chico tenía puesto el uniforme del colegio y su mochila descansaba en el suelo junto a la mesa. Era alrededor de las 9 de la mañana y ellos parecían charlar como si no tuvieran ninguna prisa. Yo no escuchaba lo que hablaban, ni lo pretendía, pero se notaba una especial conexión, se contaban sus cosas, con confianza y en su intimidad. Mientras conversaban se cogían de la mano y jugueteaban con sus dedos, con cariño, con comprensión. El chico no miraba para los lados, ni se avergonzaba porque estuviese haciendo "manitas" con su madre en una cafetería (es que yo tenía entendido que a esa edad ya hace tiempo que se han vuelto muy pudorosos).

En ambas ocasiones ellos eran totalmente ajenos a mi presencia y a la de cualquier otro. Imagino que es esa complicidad, esa burbuja que formaban conteniendo todo esos ratos felices y de comprensión mutua que se consigue con puro amor a raudales, lo que me llamó tanto la atención. El deseo de que, algún día, cuando mi hijo tenga esa edad (y más) sigamos teniendo también ese nexo que nos une desde que nació.

lunes, 6 de febrero de 2012

Somos Tres


Anoche estábamos los tres sentados en el sofá viendo la tele. Bueno, ellos veían la tele, yo los miraba a ellos. De repente papá debió notar mi mirada, me miró y le dije: ¡Somos tres!. Enseguida entendió lo que quise decir. 

El peque estaba cómodamente sentado entre los dos. Tenía un codo apoyado sobre papá y sobre su mano apoyaba su barbilla, con sus pies jugueteaba encima de mis piernas, como si siempre hubiera estado aquí, como si siempre hubiésemos sido tres en vez de dos.

Ayer por la tarde dormíamos los tres la siesta. Bueno, el peque dormía, papá y yo estábamos acurrucados a su lado, observándolo. Viendo cómo estaba instalado a sus anchas, se había apoderado de mi almohada, apoyaba parte de su cuerpo en mi y sus piernecitas descansaban sobre papá.  Con qué confianza, con qué moral se ha instalado entre nosotros, ya no solo en la cama o en el sofá sino en nuestras vidas.

Me gusta pensar que el grado de confianza que tiene el peque es el mismo grado en que le hemos abierto las puertas nada mas llegar a este mundo. Sin límites, sin condiciones. Con completa aceptación.

viernes, 3 de febrero de 2012

Gracias Mamá


Siempre he sido de la opinión de que si en casa eres de buen comer, muy probablemente tus hijos también lo serán, salvo excepciones claro, que de esas seguro que también las hay. Pero por lo general suele cumplirse. 

En casa somos de buen comer y no ha habido excepción, el peque es "de buena boca", como se suele decir. Desde chiquitín nos veía comer a papi y a mi desde su hamaca y con su boquita ya hacía el gesto de masticar, con lo que la primera vez que le dimos algo con cuchara el hombre ya era todo un experto. Y qué mayor se sentía, se le notaba en su mirada ansiosa y orgullosa. Este pequeñín, siempre queriendo aprender las cosas tan deprisa...

Como he dicho, somos personas que disfrutamos con la comida, tanto papá como yo y como el resto de ambas familias. En fin, que para nosotros la comida es un placer

El caso es que nunca he sido tan consciente del modo en que lo vivimos como ahora que tenemos al peque observándonos constantemente. Muchas cosas las aprende sin nosotros darnos cuenta siquiera de que nos está observando. Al parecer ha heredado ese sano placer que es el gusto por la comida. Y no es que coma mucho, ojo, en cuanto a eso yo diría que está en la media. Bueno, según el percentil de peso está incluso algo por debajo de la media.

Se preguntarán entonces cómo lo se. Cómo se que realmente disfruta con la comida. Lo se porque cuando está comiendo y veo que está acabando su plato, sin previo aviso se lo vuelvo a llenar y él me mira con ojos de absoluta gratitud y me dice con una espléndida sonrisa: "acias mamá" (Gracias Mamá).

¡Ay, la gratitud!, ¿eso también lo aprendió de nosotros?. Nos da las gracias por todo pero en el tema de la comida es cuando únicamente dice: "Gracias Mamá". En su menos que extenso vocabulario supongo que eso debe ser lo mas de lo mas a juzgar por su expresión. Se me ocurren otros momentos en los que disfruta muchísimo como cuando nos acostamos juntitos para dormir o cuando está en su bañera de lo mas feliz y en esos momentos te da un gracias sentido, no verbalizado. Sentido porque me abraza y me besa y porque los agradecimientos pueden ser de muchas y diversas formas y además no son comparables.

Le he estado dando vueltas a este asunto y me ha entrado mucha curiosidad, ¿serán así los demás niños?. ¿En qué momentos tu hijo te dice: "Gracias Mamá" con total gratitud?

martes, 31 de enero de 2012

¡Mamá, Descansa!



En cuanto me desperté ayer por la mañana, lo supe. Notaba todo mi cuerpo pesado, me sentía agotada y mi garganta me dolía horrores. Todavía no me había levantado y mi cabeza estaba abotargada, y no precisamente por el sueño reparador. Me estaba enfermando o mas bien, ya lo estaba.

En medio de todo eso no dejaba de pensar que no podía permitirme enfermarme. Tengo un montón de cosas que hacer y el peque está incluido en todas ellas. En todas. Y además, nunca se me ha dado bien delegar, así que comprenderán mi preocupación.
Y es que adoramos a nuestros pequeñines pero a veces acabamos exhaustas. Y no me cansaré nunca de decir que especialmente cuando estamos enfermas o cansadas nuestra paciencia suele tener límites muy cercanos. 

Ayer, la abuela, se llevó al peque para que yo pudiera recuperarme y cuando papá llegó a casa se encargó de todo lo demás. Todas mis preocupaciones pasaron a un segundo plano, y mi cuerpo tuvo ese descanso necesario para poder reponerme. Mi mente no descansa tan fácilmente, pues esa vuela incluso mientras duermo. El caso es que la "facilidad" con la que ayer se arregló todo me ha dado mucho en qué pensar.

He pensado en la suerte que tengo por tener a mi familia y poder confiarles a ellos mi vida, como ayer, y he pensado en que no todo el mundo tiene esa suerte. Ya sea por no tener a la familia cerca (o simplemente por no tener familia a la que recurrir) o porque no todas tenemos una pareja dispuesta a decirte, simplemente; ¡Mamá, Descansa!

Tras haber leído muchos de los comentarios de mi entrada "¡Papá, Despierta!" y por muchas conversaciones con otras mamás, se firmemente que hay muchas mujeres que no tienen esa opción. En mi caso, a pesar de que papá sea un "dormilón" al que le cueste a veces regresar del mundo de los sueños, lo cierto es que también tengo que agradecerle que mi hijo haya heredado esa genética. Hasta el punto de que muchas veces visto al peque por las mañanas, de arriba abajo, completito, pañal incluido, y él ni se entera.


Pero, volviendo al tema, ¿a qué mujer o madre no le gustaría que su marido le dijera: "Tú descansa que ya me encargo yo de todo", por pura iniciativa propia?. Cuando no descansas tu cuerpo se va saturando hasta que un día, irremediablemente, caes. Y por supuesto que las cosas tendrán que hacerse y que tampoco somos imprescindibles pero sinceramente ¿hace falta llegar a esos límites?. A veces podemos acudir al recurso de desistir pero en ese caso simplemente estamos aplazando las obligaciones para después. 

¿Cual es tu caso? ¿Cuántas veces te han dicho: "Descansa, que ya me encargo yo de todo"?

viernes, 20 de enero de 2012

Desisto Y No

Hay tardes, como las de ayer, en las que simplemente desisto de recoger, desisto de cocinar, desisto de ordenar, y hasta desisto de caminar. Y si pudiera desistir de pensar seguro que también lo haría. Son días en los que el peque parece no querer ver nada en su sitio y todo lo que yo coloco él va detrás y lo vuelve a tirar. Está inquieto y se desespera. Y nos desespera.

Conozco esa faceta. Es su manera (y la de muchos otros) de llamar la atención y de mostrar su descontento ante algo que no sabe cómo expresar. Lo que traducido al lenguaje adulto significa: "¡Me aburro! ¡Quiero salir a distraerme y jugar ahora mismo!". 

Y si a esto le añades que justo ahora, y después de un montón de meses de dolores y molestias en la encía, es cuando sus dientecitos se empeñan en querer salir todos a la vez y que, como colofón, ayer le tocó vacuna de la varicela. El pobrecillo debe tener un volcán interior a punto de erupcionar y llevarse todo lo que encuentre a su paso.

Por eso, porque como su madre que soy, lo entiendo. Entiendo su frustración y su malestar. Y no desisto porque esté harta de recoger o porque mis esfuerzos sean infructuosos sino porque entiendo que su mensaje es de ayuda, de socorro. Y desisto para poder estar con él, para acompañarlo y hacerle pasar esos ratos de forma mas llevadera. Desisto Y No.

Solo hay que dar ese paso. Desistir de algunas obligaciones que pueden ser postergadas. Y no desistir de tu hijo, salir a pasear, calmarlo, distraerlo de lo que le pone irascible. A veces nos obcecamos y no sabemos verlo pero cuando lo hacemos, cuando escuchamos a nuestro propio instinto ¡cuánto agradecimiento recibimos!. 

Anoche me dormí con el eco de sus besitos chiquititos por toda mi cara y esta mañana, en cuanto se despertó, continuó por donde lo había dejado al dormirse, para que yo no pensara que había sido solo un sueño.


jueves, 12 de enero de 2012

El Día En Que Desarmaron A Papá

En casa de los abuelos, los Reyes Magos le dejaron al peque un coche, un precioso, bilingüe y educativo coche con el que el peque alucinó en colores y mas allá. A pesar de ser algo grande y pesado para sus pequeñas manitas el peque se las sabe ingeniar para hacer rodar el coche por cualquier superficie horizontal o vertical e independientemente de si es lisa o no.

Desde que nació el peque, papi ha empezado una cruzada personal a favor del respeto de un hijo a un padre. Estoy totalmente de acuerdo salvo que a veces no le es fácil, en mi opinión, delimitar la línea divisoria entre el respeto y la seriedad o el enfado, pero claro, no hemos nacido con un libro de instrucciones bajo el brazo y al fin y al cabo lo que para mi se hace de una forma, para él se hace de otra o simplemente no sabemos y vamos aprendiendo por el camino. La cuestión es andar el camino juntos y en equilibrio y así las cosas nos han ido saliendo.

Tan enfrascado ha estado papi en su cruzada que no contó en ningún momento con la inocencia y nobleza de su hijo. Como muchos ya saben, somos los padres del "futbolista de arriba" y claro, haciendo honor al apodo, el peque estaba hace unos días jugando con su tan preciado y flamante coche, cuando papi, lo llamó para bañarse. Generalmente el peque deja lo que esté haciendo por ir corriendo a darse un baño, le encanta y él, en su bañera, es el rey. Pero ese día su coche era prioritario sobre cualquier otra cosa y como muestra de desacuerdo tiró su coche al suelo haciendo, por supuesto, un gran estruendo. Después de un par de estruendos mas le dije que si lo volvía a tirar ya no se lo devolvíamos, y claro, efectivamente, lo tiró.

Papá recogió el coche y le dijo que tal y como mamá le había avisado ya no se le volvería a entregar, con lo que el peque empezó a llorar con total desconsuelo. Perseguía a papá por la casa para que le devolviera su coche llorando con auténtica angustia y pesar. Entonces papá le entregó de nuevo el coche al peque explicándole por qué no debía tirarlo al suelo y que después del baño, si quería, podía seguir jugando con él. Hasta este punto, papá creía tener el control de la situación, tan serio, tan rotundo, tan seguro. Pero entonces, el peque levanta sus manitas chiquititas, coge el coche que casi no le cabe en ellas y con ojos de profundo agradecimiento le dice: "asias".

Papi aún no ha superado ese momento, quedó totalmente desarmado, su seriedad, su cruzada se desmoronaron y terminó de rodillas dándole mil besos y abrazos al pequeñín, quien por supuesto sólo pensaba en seguir jugando con su precioso, bilingüe y educativo coche, inconsciente de todo lo demás. Y este fue El Día En Que Desarmaron A Papá...

lunes, 5 de diciembre de 2011

El "Planazo"


Para hoy tenía un "Planazo"; ir a la peluquería mientras mi madre se daba una escapada con el peque durante el tiempo que yo invertía en entrar con una pinta atroz y salir totalmente renovada.

El planazo en sí no era la peluquería, no soy de las que le guste demasiado ir, sólo de pensar en las horas que voy a estar ahí sentada pensando en lo que podría estar haciendo hace que me muera de la ansiedad. Total, que el "planazo", según yo, estaba en las últimas páginas del libro que me estoy leyendo. Tenía toda la intención de dejar que me hicieran cualquier cosa en el pelo mientras yo me zambullía total y absolutamente en mi libro, que por cierto, está muy interesante y ya estoy por acabarlo. Hasta estaba dispuesta a esperar un turno largo hasta que llegaran a mi.

Con esa intención entré en la peluquería, y como nunca, me atendieron rapidísimo. Me senté y saqué mi libro, feliz por la perspectiva. No soy de las que habla mucho en la peluquería a no ser que me pregunten así que yo ya iba a tiro hecho. El peluquero de siempre no estaba hoy, qué pena, con lo que me gustaba, era buenísimo, rápido y hacía un excelente trabajo, y lo mejor, era un hombre de pocas palabras (ideal para mis intenciones). Al parecer ya no trabaja allí. En su lugar me atiende una chica muy simpática y con muchas ganas de hacer amigos. Cada vez que cogía mi libro ella me preguntaba algo y alargaba la conversación así que, al final, tuve que desistir. 

No me malinterpreten, la verdad es que jamás desecho una buena conversación, y ésta lo era, pero es que yo ya iba con mi plan predeterminado. Esto me ha hecho reflexionar; ¿cuánto ha cambiado mi vida que busco a toda costa y desesperadamente cualquier huequito para poder dedicarme a una de las cosas que más me gusta? y aún más, ¿desde cuando ir a la peluquería a leer es un planazo?. Siempre me ha gustado leer, para mí es como una necesidad básica. En días como hoy en que no puedo dedicarle el tiempo que me gustaría termino como inconclusa. ¡Menuda sensación!. Y ni que decir tiene que ya no se lo que es leerme un libro de un tirón.

Y eso que la chica de la peluquería se esmeraba en mantener mi atención, hasta me dio un buen masaje capilar mientras charlábamos, pero es que soy mamá, mamá lectora y necesitaba ese rato de evasión. 

Ahora, si me lo permiten, las voy a dejar un ratito para ir a terminar ese libro antes de que se despierte el peque de la siesta...

martes, 29 de noviembre de 2011

La Importancia De Una Tribu



Me he dado cuenta de que un tema muy recurrente en mis entradas es el de la felicidad. Lo cual me llena de satisfacción porque es un reflejo de mi estado actual, es decir, feliz. Sinceramente, hubiese sido una total y absoluta llamada de atención si al hacer una lectura rápida de mis últimos posts descubro que reina la tristeza, la queja o cualquier otro signo negativo en ellos.  

Pues bien, siguiendo con mi tema favorito, y sin ánimos de aburrir, todo lo contrario, compartir y fomentar felicidad es mi intención, me he encontrado con este vídeo elaborado con reflexiones de  madres blogueras, entre otros, desde "Fans de la Maternidad":




Después de ver el vídeo me he puesto a pensar en cuándo es realmente feliz mi peque, y la verdad, la respuesta no la tuve que pensar mucho. Mi peque es feliz cuando está con papá y mamá. No hay juguete que reemplace eso. Y con esos pilares, si además añadimos a los abuelos, los tíos, los amigos, etc., entonces ya la felicidad adquiere niveles imposibles de numerar. 

Cuánta razón tiene ese proverbio africano que da entrada al vídeo: "Para criar a un niño hace falta la tribu entera". En nuestro caso es así, cada miembro de la familia le aporta algo, un pedacito distinto de felicidad digamos, pero felicidad al fin y al cabo, y eso forma parte de su crianza y su educación. Lo completa.

Personalmente, he tenido la suerte de pertenecer a una "tribu" que me ha "completado" (y me sigue completando porque éste proceso nunca acaba), al menos así lo considero yo. Entre otras muchas cosas, me han brindado la oportunidad de viajar y poder constatar de primerísima mano que el ser humano es feliz con lo poco que pueda tener. He visto niños jugando, felices, en parajes áridos e inhóspitos donde las dificultades son muchas y yo misma me he asombrado de la simplicidad del asunto. De lo poco que se necesita para tener pedacitos de felicidad que te completen; amigos, padres, familia, amor... Esta es La Importancia De Una Tribu.

Somos nosotros los que llegamos a esos países y nos preguntamos cómo pueden ser felices sin ésta o aquélla cosa material. Y es que ¿cómo se va a extrañar lo que no se ha tenido?, muchos no tienen ni un atisbo de lo que puedan estar "perdiéndose" y no son menos felices por ello. 

Al margen de la enorme cantidad de carencias que puedan tener estos países, cada núcleo, cada "tribu", mantiene su esencia, se adapta, se completa y es feliz. Por otro lado, el concepto de felicidad y de "estar completo" tiene tantas variantes como personas somos. No todos valoramos lo mismo de la misma manera y cosas que a unos le producen felicidad a otros no, pero creo seriamente en que el apoyo en unos pilares básicos (tribu) son fundamentales para alcanzar la felicidad.


Un Secreto



¿Les cuento algo tierno, íntimo y muy nuestro?. Guárdenme el secreto. Aquí va:

Todas las mañanas, papi sale antes porque tiene que ir a trabajar y el peque y yo nos quedamos acurrucados haciendo tiempo hasta nuestra hora de prepararnos. Cuando a papi ya le queda poco para salir, el peque, quien yo creo que ya tiene controlados los tiempos, se quita la chupa y dice: "Papaaaaaaaaaá". Y acto seguido nos ponemos en posición de ser besuqueados al sentir venir los pasos emocionados de papi por la llamada. Papá nos llena de besos a los dos, miles y miles de besos y luego nosotros a él, bueno, más yo porque al peque le gusta mas que se los den. Cuando conseguimos despegarnos el peque despide con la manita a papi: "aiós".

Estos momentos están sucediendo en estos días, ahora, y soy muy consciente de ellos y se que los recordaremos por siempre. Serán de esos recuerdos entrañables e inolvidables y por eso quería compartirlos. Pero ssshhhhhhhhhhh.... no se lo digan a nadie... es Un Secreto... ;)


jueves, 17 de noviembre de 2011

Sopa De Pollo Para El Alma



Por estos días, en los que el tiempo está como loco y no se decide a cambiar de estación y, como no, con la entrada de los niños a la guardería, me ha tocado hacer ya unas cuantas sopas de pollo. En casa siempre hemos asociado la sopa de pollo a cuando estamos enfermos, hasta ahora sin ninguna base científica. Y digo hasta ahora, porque ayer me topé con un artículo que decía que unos investigadores del Centro Médico de la Universidad de Nebraska afirmaban mediante un estudio, y cito literalmente, lo siguiente:
"El caldo de pollo dificulta el movimiento de unas células del sistema inmune llamadas neutrófilos, que acuden a los lugares infectados y liberan enzimas que no solo destruyen virus y bacterias, sino que también fomentan la liberación de mucosidades y atacan a células del propio organismo, provocando la inflamación de los tejidos. De este modo, la sopa de pollo reduciría los molestos síntomas propios de los resfriados, reduciendo la inflamación de la garganta y de las mucosas nasales sin que por ello disminuya la actividad antiviral de nuestro sistema inmune."
Como he dicho antes, esto ha venido a confirmar nuestra costumbre aunque, yo añadiría mas. Nosotros además le damos un valor sentimental. Una sopa de pollo, hecha en casa, con cariño, que tomamos en familia, como mimo y símbolo de amor, preocupación y apoyo cuando te sientes mal. Porque no solo es para el resfriado. Un buen caldito siempre es bien agradecido, incluso para un estómago revuelto, cuando tienes resaca o cuando tienes penas en el alma y en el corazón. 

Siempre pensé que el efecto que producía en nosotros la sopa de pollo era algo mas etéreo, simbólico y hasta mágico, influído por la gratitud y los lindos momentos y la sensación de calor que te abriga. Heredado de generación en generación, casi todos recordamos los caldos de pollo de mamá, de la abuela, de alguna tía... y siempre suele ser alguien muy querido para nosotros, alguien de quien guardamos un especial recuerdo.

Los autores del estudio hasta hacen una lista de los ingredientes que debe llevar la sopa de pollo, a saber; 
"...debe llevar pollo, cebollas, patatas, zanahorias, nabos, perejil, sal y pimienta. Y los ingredientes deben cocinarse durante al menos una hora."
Y no olvides, nunca, añadir amor, mucho amor a tus platos. Entra, siéntate y toma esta rica sopa de pollo para el alma...

martes, 12 de julio de 2011

Soy Mamá

Soy mamá...tengo un hijo...




Mi hijo dentro de poco cumplirá los once meses y yo todavía tengo momentos de auténtico asombro al decir SOY MAMÁ. Y no es porque sea mala madre sino, mas bien, por falta de costumbre, porque es algo tan nuevo. Después de todo, hasta ahora mamá era mi madre y ella tenía la exclusiva, en nuestro pequeño núcleo familiar, claro.
Pues bien, como decía, mi hijo está próximo a cumplir los once meses y no ha sido hasta ahora que he empezado a encontrar mi propio yo, no, no estaba perdida, mas bien estaba ocupadísima en un montón de prioridades que no me incluían a mí misma. A estas alturas puedo decir que mi hijo está al día en todo, mi marido también y todo el resto de cosas, el resto de cosas, pues no. Del resto de cosas he hecho lo básico para seguir avanzando pero poco mas. No es que no salga, si lo hago, y mucho, pero no me arreglo como antes. No es que no haga nada en casa, lo hago, y está limpia, y cocino y lavo pero los armarios aún tienen ropa de cuando estaba embarazada.
En conclusión, que para que yo despertara todo tenía que pasar por encontrarme a mi misma, empezando por bajar esos kilitos de mas para sentirme mejor, que no es plato de buen gusto el abrir el armario y no encontrar nunca qué ponerte. Y como siempre me he negado a comprarme ropa cuando estoy pasada de peso pues no queda otra. 
No formo parte de las famosas ni de las no tan famosas, que recuperan la figura según dan a luz, y nunca falta la que te dice que incluso después del parto se quedó mas delgada que cuando se quedó embarazada y te intenta mirar con pena. Y digo intenta porque solo es intención, yo no dejo que se convierta en nada mas. Si no he bajado esos kilitos de más es porque simplemente no me lo he propuesto y porque para mi, no era el momento. Ahora sí lo es y estoy contenta con ello. Bueno, me lo propuse una vez, poco después de la cuarentena y durante la lactancia. Lo dejé, por esos días no habían rutinas para mí, y los tiempos los marcaba mi hijo y contenta me entregué a ese momento. 
Y que nadie se ofenda, el hecho de no tener tiempo no te hace mala madre. A algunas les da tiempo de todo, ser madrazas, ir de punta en blanco y quedar como una sílfide después del parto. Cada uno con sus circunstancias y nadie tiene libro de instrucciones, nos guiamos por nuestra intuición y por lo que nos aconsejan otros.
Hoy, mi hijo es tan feliz y risueño que doy gracias por haber tenido el tiempo y la predisposición para poder darle todo lo que necesitaba y más.
Estando así las cosas, y sin dejar de atender a mi hijo, a mi marido y a todo lo demás, por fin estoy incluyéndome yo en todo ello, mi yo completo.