lunes, 20 de febrero de 2012

Mamá, Mami, Maaaá


Mamá cuando me llama. Mamá para los asuntos cotidianos.

Mami cuando me busca, cuando me necesita, cuando me quiere abrazar y hacer cariñitos. Mami con ternura.

Maaaá cuando me quedo atrás y quiere que lo siga. Maaaá en la distancia.

Y Tatá cuando llama a papá y mamá, a los dos, en plural.

Siento que yo no cambio aunque me llame de diferentes maneras. Siento su amor en todas ellas. 

Mamá que alimenta, mamá que juega, mamá que ama, mamá que asea, mamá que regaña, mamá que besa...

Todas lo adoran, todas lo quieren.

jueves, 16 de febrero de 2012

Reseña: "Mi Hermana Vive Sobre La Repisa De La Chimenea"


Para hoy les tengo una reseña. Se trata de un libro precioso, sencillo, de esos que parecen ligeros y resultan ser muy profundos. De esos libros sin florituras y que consiguen mover los cimientos de cuantos lo leen. Y es que doce horas de vuelo dan para mucho, con hijo incluido.


El libro se llama "Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea" de Annabel Pitcher.  Lo he disfrutado muchísimo, hasta el punto en que puedo decir que me quedaría con un montón de frases e ideas que, el mismo protagonista, desde su inocencia, te invita a reflexionar. No soy de las que subraya libros pero si lo hiciera estaría casi todo marcado. He rescatado dos pasajes que me han llamado especialmente la atención; 
"Cuando yo era pequeña, tenía cinco ositos. Edward, Roland, Bertha, John y Burt... Me encantaban todos. Sobretodo Burt, que no tenía ojos. Pero un día lo perdí. Me lo dejé en un autobús en Escocia una vez que fuimos a visitar a la abuela y nunca más lo volví a ver. Me llevé un disgusto enorme continuó Jas. Me tiré horas llorando. Pero fue un alivio volver a Londres y tener allí mis otros osos. Desde entonces los quise más que nunca, porque faltaba uno".
El segundo pasaje es de una simplicidad y una profundidad abrumadoras. Una sencilla descripción que implica tantas cosas...

"... Me  puse de puntillas intentando ver a mamá por encima de sus cabezas.
Botas negras.
Vaqueros.
Abrigo Verde.
Y manos.
De color rosa, vivas, manos de verdad que agarraban con fuerza un bolso negro, jugueteando con la cremallera plateada. Manos que habían hecho cenas y despejado dolores de cabeza y me habían metido jerseys por la cabeza en los días fríos. Manos que me habían arropado en la cama. Manos que me habían enseñado a dibujar." 

No me gusta desvelar el argumento de un libro y qué mejor que estos dos pasajes para dar ocasión a que él mismo se explique y desvele parte de su riqueza de contenido. Se los recomiendo enteramente y los invito a darme su opinión al respecto.

Perú: Primeros Días


Ya estamos en Perú. Llegamos hace cuatro días. Días que parecen escurrirse de entre los dedos. Qué rápido se pasa el tiempo cuando uno se lo está pasando tan bien. 

Las doce horas de avión fueron largas, eso es innegable pero el peque parecía entender por qué estábamos allí y que además era temporal. Desde tan temprana edad tiene claro que su sitio favorito en un avión es al lado de la ventana y a ser posible sobre mamá, desde ahí tiene mejor vista. Durmió un par de siestas, jugó con sus coches, jugó con las azafatas y todo con total normalidad. No me podía creer que yo pudiera estar leyendo y el peque al lado entretenido con sus coches. Y mas aún cuando el libro que tuve la suerte de escoger resultó ser fabuloso.

No es broma cuando les digo que a las 5 de la mañana salíamos de casa y él tenía colgada ya su mochilita a la espalda (llena de cochecitos para jugar por el camino) y no paraba de apurarnos diciendo: ¡Vamos! ¡Vamos!. 

Al llegar a Perú tuvimos el mejor de los recibimientos, unos abuelitos amorosos y deseosos de volver a ver a su nieto y un clima ideal que contrarrestaba ampliamente con el frío del que veníamos. Desde entonces, papá no ha dejado de esmerarse en su empeño de que conozcamos todo, desde los sitios donde ha estado, pasando por la universidad donde estudió y dándonos a probar sus comidas tan ricas. A todas partes vamos todos como el grupo indivisible que formamos ahora. Grandes días, inolvidables días.

domingo, 12 de febrero de 2012

De Viaje


Nos vamos. Si en nuestro anterior viaje regresamos a donde papá y yo nos conocimos, esta vez nos vamos a conocer el país donde nació papá, sus lugares, su familia, sus amigos, ¡sus comidas!. Ni el peque ni yo hemos ido antes así que será la primera vez para ambos. No lo teníamos previsto pero ha surgido así. De repente nos hemos visto en medio de un caos de preparativos para tres semanas de viaje. Lo bueno es que nos alejamos de este frío intenso para llegar a donde el sol se ha ido de vacaciones. A Perú.

Este año nos quedaremos sin disfrutar de los carnavales y el disfraz del peque se quedará ahí sin estrenar. Lástima, pero tampoco nos quejamos. Estamos deseando llegar y pasar unos días con los abuelos, que estoy segura de que cuentan hasta los segundos para ver a su nietecito querido. A nosotros también, pero el peque es el sol que todo ilumina.

En menos de nada estaremos de camino. De las primeras cosas que hice cuando me enteré de que nos íbamos de viaje fue comprarle al peque algunos coches y entretenimiento "nuevo" para las 12 horas de vuelo transoceánico que nos esperan. No hago mas que rezar para que el avión no vaya lleno y poder sentar al peque en un asiento (al menos durante el tiempo en el que esté sentado) porque si no, esas 12 horas van a ser las mas largas e incómodas de la historia, al menos de la mía.

Intentaré escribir algo desde allí aunque no dispondré de mucho tiempo y disculpen de antemano si no puedo hacerles un seguimiento como es debido.

Por último, les dejo con una canción de Gloria Estefan que me encanta y que además viene muy apropiada para el viaje que estamos a punto de emprender.


¡Besos y nos vemos pronto!