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miércoles, 21 de marzo de 2012

Miércoles Mudo: Del Peque Para Papi

Un Elefante Llavero y una Corbata para papi
Dedicado a todos los papis de todos los niños de la clase.
"Papito, me has ayudado a crecer, me has dado alegría y me has llenado de felicidad. Te llevaré en mi corazón. Te quiero PAPÁ". 


domingo, 12 de febrero de 2012

De Viaje


Nos vamos. Si en nuestro anterior viaje regresamos a donde papá y yo nos conocimos, esta vez nos vamos a conocer el país donde nació papá, sus lugares, su familia, sus amigos, ¡sus comidas!. Ni el peque ni yo hemos ido antes así que será la primera vez para ambos. No lo teníamos previsto pero ha surgido así. De repente nos hemos visto en medio de un caos de preparativos para tres semanas de viaje. Lo bueno es que nos alejamos de este frío intenso para llegar a donde el sol se ha ido de vacaciones. A Perú.

Este año nos quedaremos sin disfrutar de los carnavales y el disfraz del peque se quedará ahí sin estrenar. Lástima, pero tampoco nos quejamos. Estamos deseando llegar y pasar unos días con los abuelos, que estoy segura de que cuentan hasta los segundos para ver a su nietecito querido. A nosotros también, pero el peque es el sol que todo ilumina.

En menos de nada estaremos de camino. De las primeras cosas que hice cuando me enteré de que nos íbamos de viaje fue comprarle al peque algunos coches y entretenimiento "nuevo" para las 12 horas de vuelo transoceánico que nos esperan. No hago mas que rezar para que el avión no vaya lleno y poder sentar al peque en un asiento (al menos durante el tiempo en el que esté sentado) porque si no, esas 12 horas van a ser las mas largas e incómodas de la historia, al menos de la mía.

Intentaré escribir algo desde allí aunque no dispondré de mucho tiempo y disculpen de antemano si no puedo hacerles un seguimiento como es debido.

Por último, les dejo con una canción de Gloria Estefan que me encanta y que además viene muy apropiada para el viaje que estamos a punto de emprender.


¡Besos y nos vemos pronto!


lunes, 6 de febrero de 2012

Somos Tres


Anoche estábamos los tres sentados en el sofá viendo la tele. Bueno, ellos veían la tele, yo los miraba a ellos. De repente papá debió notar mi mirada, me miró y le dije: ¡Somos tres!. Enseguida entendió lo que quise decir. 

El peque estaba cómodamente sentado entre los dos. Tenía un codo apoyado sobre papá y sobre su mano apoyaba su barbilla, con sus pies jugueteaba encima de mis piernas, como si siempre hubiera estado aquí, como si siempre hubiésemos sido tres en vez de dos.

Ayer por la tarde dormíamos los tres la siesta. Bueno, el peque dormía, papá y yo estábamos acurrucados a su lado, observándolo. Viendo cómo estaba instalado a sus anchas, se había apoderado de mi almohada, apoyaba parte de su cuerpo en mi y sus piernecitas descansaban sobre papá.  Con qué confianza, con qué moral se ha instalado entre nosotros, ya no solo en la cama o en el sofá sino en nuestras vidas.

Me gusta pensar que el grado de confianza que tiene el peque es el mismo grado en que le hemos abierto las puertas nada mas llegar a este mundo. Sin límites, sin condiciones. Con completa aceptación.

martes, 31 de enero de 2012

¡Mamá, Descansa!



En cuanto me desperté ayer por la mañana, lo supe. Notaba todo mi cuerpo pesado, me sentía agotada y mi garganta me dolía horrores. Todavía no me había levantado y mi cabeza estaba abotargada, y no precisamente por el sueño reparador. Me estaba enfermando o mas bien, ya lo estaba.

En medio de todo eso no dejaba de pensar que no podía permitirme enfermarme. Tengo un montón de cosas que hacer y el peque está incluido en todas ellas. En todas. Y además, nunca se me ha dado bien delegar, así que comprenderán mi preocupación.
Y es que adoramos a nuestros pequeñines pero a veces acabamos exhaustas. Y no me cansaré nunca de decir que especialmente cuando estamos enfermas o cansadas nuestra paciencia suele tener límites muy cercanos. 

Ayer, la abuela, se llevó al peque para que yo pudiera recuperarme y cuando papá llegó a casa se encargó de todo lo demás. Todas mis preocupaciones pasaron a un segundo plano, y mi cuerpo tuvo ese descanso necesario para poder reponerme. Mi mente no descansa tan fácilmente, pues esa vuela incluso mientras duermo. El caso es que la "facilidad" con la que ayer se arregló todo me ha dado mucho en qué pensar.

He pensado en la suerte que tengo por tener a mi familia y poder confiarles a ellos mi vida, como ayer, y he pensado en que no todo el mundo tiene esa suerte. Ya sea por no tener a la familia cerca (o simplemente por no tener familia a la que recurrir) o porque no todas tenemos una pareja dispuesta a decirte, simplemente; ¡Mamá, Descansa!

Tras haber leído muchos de los comentarios de mi entrada "¡Papá, Despierta!" y por muchas conversaciones con otras mamás, se firmemente que hay muchas mujeres que no tienen esa opción. En mi caso, a pesar de que papá sea un "dormilón" al que le cueste a veces regresar del mundo de los sueños, lo cierto es que también tengo que agradecerle que mi hijo haya heredado esa genética. Hasta el punto de que muchas veces visto al peque por las mañanas, de arriba abajo, completito, pañal incluido, y él ni se entera.


Pero, volviendo al tema, ¿a qué mujer o madre no le gustaría que su marido le dijera: "Tú descansa que ya me encargo yo de todo", por pura iniciativa propia?. Cuando no descansas tu cuerpo se va saturando hasta que un día, irremediablemente, caes. Y por supuesto que las cosas tendrán que hacerse y que tampoco somos imprescindibles pero sinceramente ¿hace falta llegar a esos límites?. A veces podemos acudir al recurso de desistir pero en ese caso simplemente estamos aplazando las obligaciones para después. 

¿Cual es tu caso? ¿Cuántas veces te han dicho: "Descansa, que ya me encargo yo de todo"?

domingo, 22 de enero de 2012

¡Papá, Despierta!


Hoy, como algunas tardes de domingo, nos hemos dormido la siesta los tres juntos. Mi despertar fue con el peque sobre mí, cachete con cachete. Allá, en la profundidad de mi sueño, recuerdo haber pensado: "¡Ay no!, por qué no despierta a papá primero...". No, claro que no, a papá no lo despierta ni una bomba estallando a centímetros de él. El peque ya lo ha intentado otras veces y como sabe que mami sí despierta a la primera ya viene a por mí, a lo seguro. No me importa, me encantan esos despertares cariñosos que me da.

Pero, con respecto a papá, tengo una teoría. Me resulta increíble que no se despierte cuando el peque se pega a él cachete con cachete, o cuando, viendo que no funciona, se sube encima y empieza a trotar cual jinete en un caballito, o cuando le pega en la cara con sus manitas como último intento. Intentos frustrados todos ellos dicho sea de paso. ¡Papá, Despierta!.

Y aquí va mi teoría, con base y todo, que conste que no me la saqué de la manga. Pueden leer una ampliación de la misma aquíPapá no se levanta porque sabe que mamá lo hará, siempre. Entonces, sus mecanismos neuronales se desactivan y se acaba perdiendo sin remedio (y sin culpa) en un sueño inquebrantable. Para confirmar mi teoría, he de decir que papá se levanta cuando sabe previamente que ha de ser él quien lo hará (mamá está enferma, agotada, el peque está realmente enfermito o alguna otra causa de fuerza mayor). Entonces asume la responsabilidad y va. 

Con esto, llegamos a mi segunda conclusión; qué facilidad tienen muchos hombres, y me atrevo a extenderlo al común del género después de haber escuchado un montón de testimonios de otras mujeres (¡y de los propios hombres!) para conectar y desconectar de según qué funciones o situaciones. Sin darle vueltas a la cabeza, simplemente conectan o desconectan. Admirable.

Obviamente, la teoría tiene excepciones, y mientras en unos hogares se levantan ambos padres, en otros, (los menos, me atrevería a decir) es papá quien lo hace siempre. Incluso se de casos donde se han "pactado" los turnos con premeditación y a partes iguales. 

Los casos son tan variados como hogares hay. El mío creo que ya ha quedado claro. ¿Cual es tu caso?

jueves, 12 de enero de 2012

El Día En Que Desarmaron A Papá

En casa de los abuelos, los Reyes Magos le dejaron al peque un coche, un precioso, bilingüe y educativo coche con el que el peque alucinó en colores y mas allá. A pesar de ser algo grande y pesado para sus pequeñas manitas el peque se las sabe ingeniar para hacer rodar el coche por cualquier superficie horizontal o vertical e independientemente de si es lisa o no.

Desde que nació el peque, papi ha empezado una cruzada personal a favor del respeto de un hijo a un padre. Estoy totalmente de acuerdo salvo que a veces no le es fácil, en mi opinión, delimitar la línea divisoria entre el respeto y la seriedad o el enfado, pero claro, no hemos nacido con un libro de instrucciones bajo el brazo y al fin y al cabo lo que para mi se hace de una forma, para él se hace de otra o simplemente no sabemos y vamos aprendiendo por el camino. La cuestión es andar el camino juntos y en equilibrio y así las cosas nos han ido saliendo.

Tan enfrascado ha estado papi en su cruzada que no contó en ningún momento con la inocencia y nobleza de su hijo. Como muchos ya saben, somos los padres del "futbolista de arriba" y claro, haciendo honor al apodo, el peque estaba hace unos días jugando con su tan preciado y flamante coche, cuando papi, lo llamó para bañarse. Generalmente el peque deja lo que esté haciendo por ir corriendo a darse un baño, le encanta y él, en su bañera, es el rey. Pero ese día su coche era prioritario sobre cualquier otra cosa y como muestra de desacuerdo tiró su coche al suelo haciendo, por supuesto, un gran estruendo. Después de un par de estruendos mas le dije que si lo volvía a tirar ya no se lo devolvíamos, y claro, efectivamente, lo tiró.

Papá recogió el coche y le dijo que tal y como mamá le había avisado ya no se le volvería a entregar, con lo que el peque empezó a llorar con total desconsuelo. Perseguía a papá por la casa para que le devolviera su coche llorando con auténtica angustia y pesar. Entonces papá le entregó de nuevo el coche al peque explicándole por qué no debía tirarlo al suelo y que después del baño, si quería, podía seguir jugando con él. Hasta este punto, papá creía tener el control de la situación, tan serio, tan rotundo, tan seguro. Pero entonces, el peque levanta sus manitas chiquititas, coge el coche que casi no le cabe en ellas y con ojos de profundo agradecimiento le dice: "asias".

Papi aún no ha superado ese momento, quedó totalmente desarmado, su seriedad, su cruzada se desmoronaron y terminó de rodillas dándole mil besos y abrazos al pequeñín, quien por supuesto sólo pensaba en seguir jugando con su precioso, bilingüe y educativo coche, inconsciente de todo lo demás. Y este fue El Día En Que Desarmaron A Papá...

martes, 29 de noviembre de 2011

La Importancia De Una Tribu



Me he dado cuenta de que un tema muy recurrente en mis entradas es el de la felicidad. Lo cual me llena de satisfacción porque es un reflejo de mi estado actual, es decir, feliz. Sinceramente, hubiese sido una total y absoluta llamada de atención si al hacer una lectura rápida de mis últimos posts descubro que reina la tristeza, la queja o cualquier otro signo negativo en ellos.  

Pues bien, siguiendo con mi tema favorito, y sin ánimos de aburrir, todo lo contrario, compartir y fomentar felicidad es mi intención, me he encontrado con este vídeo elaborado con reflexiones de  madres blogueras, entre otros, desde "Fans de la Maternidad":




Después de ver el vídeo me he puesto a pensar en cuándo es realmente feliz mi peque, y la verdad, la respuesta no la tuve que pensar mucho. Mi peque es feliz cuando está con papá y mamá. No hay juguete que reemplace eso. Y con esos pilares, si además añadimos a los abuelos, los tíos, los amigos, etc., entonces ya la felicidad adquiere niveles imposibles de numerar. 

Cuánta razón tiene ese proverbio africano que da entrada al vídeo: "Para criar a un niño hace falta la tribu entera". En nuestro caso es así, cada miembro de la familia le aporta algo, un pedacito distinto de felicidad digamos, pero felicidad al fin y al cabo, y eso forma parte de su crianza y su educación. Lo completa.

Personalmente, he tenido la suerte de pertenecer a una "tribu" que me ha "completado" (y me sigue completando porque éste proceso nunca acaba), al menos así lo considero yo. Entre otras muchas cosas, me han brindado la oportunidad de viajar y poder constatar de primerísima mano que el ser humano es feliz con lo poco que pueda tener. He visto niños jugando, felices, en parajes áridos e inhóspitos donde las dificultades son muchas y yo misma me he asombrado de la simplicidad del asunto. De lo poco que se necesita para tener pedacitos de felicidad que te completen; amigos, padres, familia, amor... Esta es La Importancia De Una Tribu.

Somos nosotros los que llegamos a esos países y nos preguntamos cómo pueden ser felices sin ésta o aquélla cosa material. Y es que ¿cómo se va a extrañar lo que no se ha tenido?, muchos no tienen ni un atisbo de lo que puedan estar "perdiéndose" y no son menos felices por ello. 

Al margen de la enorme cantidad de carencias que puedan tener estos países, cada núcleo, cada "tribu", mantiene su esencia, se adapta, se completa y es feliz. Por otro lado, el concepto de felicidad y de "estar completo" tiene tantas variantes como personas somos. No todos valoramos lo mismo de la misma manera y cosas que a unos le producen felicidad a otros no, pero creo seriamente en que el apoyo en unos pilares básicos (tribu) son fundamentales para alcanzar la felicidad.


Un Secreto



¿Les cuento algo tierno, íntimo y muy nuestro?. Guárdenme el secreto. Aquí va:

Todas las mañanas, papi sale antes porque tiene que ir a trabajar y el peque y yo nos quedamos acurrucados haciendo tiempo hasta nuestra hora de prepararnos. Cuando a papi ya le queda poco para salir, el peque, quien yo creo que ya tiene controlados los tiempos, se quita la chupa y dice: "Papaaaaaaaaaá". Y acto seguido nos ponemos en posición de ser besuqueados al sentir venir los pasos emocionados de papi por la llamada. Papá nos llena de besos a los dos, miles y miles de besos y luego nosotros a él, bueno, más yo porque al peque le gusta mas que se los den. Cuando conseguimos despegarnos el peque despide con la manita a papi: "aiós".

Estos momentos están sucediendo en estos días, ahora, y soy muy consciente de ellos y se que los recordaremos por siempre. Serán de esos recuerdos entrañables e inolvidables y por eso quería compartirlos. Pero ssshhhhhhhhhhh.... no se lo digan a nadie... es Un Secreto... ;)