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miércoles, 20 de febrero de 2013

Miércoles Mudo: Yo Te Ayudo


"Que ni una palabra ni una mirada obscena manchen la casa en donde haya un niño".

Juvenal, Decimus Junius

domingo, 9 de septiembre de 2012

Mi Niño De Mamá

Pintura de Katie M. Berggren
Dicen que los niños son mas de mamá y las niñas mas de papá. No se si es cierto, supongo que, como siempre, dependerá del niño o la niña y del papá o la mamá.

Yo solo se que mi hijo es muy de mamá, que a sus dos añitos a veces me pide que vaya atrás sentada en el coche con él y que le de la mano. También se que cuando hay música siempre me saca a bailar, da igual la canción, aunque le gustan especialmente las lentas porque bailamos pegaditos, mejilla con mejilla. Damos mil vueltas y reímos y reímos.

Otras veces, sin previo aviso, me coge de las orejas o del cuello, me abraza fuerte y me llena de besos. O me observa con esa mirada única. Única porque es solo suya y única porque es solo para mi. Una mirada intensa, de amor, admiración y llena de todo su querer concentrado.

Prefiere compartir un helado con dos cucharitas, o tres, y se desvive por ayudar en las labores del hogar. Jamás permite que salga muy cargada del supermercado y se presta voluntario para aliviar mi peso.

Nos gusta leer libros juntos y comentarlos y, por las noches, justo antes de dormir, le gusta contarme lo que mas le impresionó del día. 


Qué orgullo ser su TODO y qué privilegio. Y qué feliz se le ve desde que nació porque desde entonces descubrió que es correspondido. Mi niño de mamá...

En palabras de Carlos González

"...Un bebé no te quiere con el cariño profundo y pausado de un marido de 5 años. Un bebé te quiere con un cariño de novio, un bebé no te quiere soltar ni un segundo porque te ama con locura. Dentro de 5 años también te querrá con cariño de 5 años, en ese momento los niños sí que jugarán mucho rato solos, y dentro de 10 años estará contentísimo de irse de colonias y dentro de 15 años te pedirá 10 euros para irse con los amigos a comprarse una pizza, pero ahora no. Ahora está enamoradísimo."

lunes, 6 de febrero de 2012

Somos Tres


Anoche estábamos los tres sentados en el sofá viendo la tele. Bueno, ellos veían la tele, yo los miraba a ellos. De repente papá debió notar mi mirada, me miró y le dije: ¡Somos tres!. Enseguida entendió lo que quise decir. 

El peque estaba cómodamente sentado entre los dos. Tenía un codo apoyado sobre papá y sobre su mano apoyaba su barbilla, con sus pies jugueteaba encima de mis piernas, como si siempre hubiera estado aquí, como si siempre hubiésemos sido tres en vez de dos.

Ayer por la tarde dormíamos los tres la siesta. Bueno, el peque dormía, papá y yo estábamos acurrucados a su lado, observándolo. Viendo cómo estaba instalado a sus anchas, se había apoderado de mi almohada, apoyaba parte de su cuerpo en mi y sus piernecitas descansaban sobre papá.  Con qué confianza, con qué moral se ha instalado entre nosotros, ya no solo en la cama o en el sofá sino en nuestras vidas.

Me gusta pensar que el grado de confianza que tiene el peque es el mismo grado en que le hemos abierto las puertas nada mas llegar a este mundo. Sin límites, sin condiciones. Con completa aceptación.

jueves, 29 de diciembre de 2011

El Nexo


Esta noche, mientras me duchaba, he hecho un pequeño descubrimiento. Desde hace ya muchos meses vengo dándole vueltas a un asunto y nunca llegaba a nada convincente. 

En algún momento después de que naciera mi pequeñín, no se decirles exactamente desde cuando, empecé a notar algo en su mirada. Tampoco se cómo explicarlo, era una mirada consciente, con conocimiento, sabia. A veces alguien decía que parecía un "niño viejo" o que parecía mas mayor de lo que realmente era, pero no, no era eso.

Imagino que este asunto ha estado dando vueltas también en mi subconsciente y no ha sido hasta hoy, durante la ducha, que me ha venido la palabra exacta a la mente: Complicidad. Estamos unidos por una gran complicidad desde que él era un recién nacido. Nos entendemos, busca mi mirada y me habla a través de ella. Siempre ha sido así. Es mutuo, especial y espero que irrompible. 

Y ahora que lo se, junto con un gran alivio y alegría por el descubrimiento y por lo que ello implica, no he podido evitar sentir un miedo atroz a que ese nexo se pierda algún día. Y es que ¿no les ocurre que cuando son muy felices se les enciende una lucecita de alarma que nos recuerda y nos previene de que tanta felicidad no puede ser y que en cualquier momento puede ocurrir algo que nos la arrebate?.