domingo, 26 de febrero de 2012

Perú: Un Paraíso



Esta semana hemos tenido unas vacaciones de nuestras vacaciones, y nos hemos ido al sur de Lima, mas concretamente a Bujama. 

Ahora que hemos vuelto a Lima me he puesto a ver las fotos con tranquilidad y no he podido evitar sentirme completa y absolutamente extasiada con las imágenes. Es por ello que he decidido compartirlas, para que puedan presenciar la hermosura de la naturaleza inmortalizada en unos espectaculares instantes.

Las siguientes imágenes fueron tomadas temprano, en la mañana;




Y el atardecer nos brindó estas fabulosas instantáneas: 











Nunca antes me había sentido tan acogida y a la vez tan extraña entre tanta maravilla. Qué hermosos momentos y qué suerte el haber podido inmortalizarlos. 









Haber sido testigo y el haber podido formar parte de este espectacular paisaje ha sido todo un privilegio, y es que encontrar paraísos como éste es todo un lujo. Espero y deseo haber podido transmitirles la grandeza de esos momentos.

viernes, 24 de febrero de 2012

El Mejor Regalo



Hoy me siento especialmente afortunada pues he recibido un precioso premio. Un hermoso regalo de Derya del blog "Mamás que miman". Y me siento especialmente afortunada porque a pesar de que por estos días estoy bastante ausente y no he podido cumplir demasiado con mi lectura de blogs, Derya me ha recordado con cariño. Para mí, ese, es el mejor regalo que me ha podido otorgar. ¡Gracias Derya!

Para recoger el premio he de responder a cinco preguntas que la misma Derya propone, luego sugerir otras cinco preguntas de mi propia cosecha y, por último, pasar el premio a otros cinco blogs. 
Responderé primero a las cinco preguntas: 

1. Qué es lo primero que te ha venido a la mente ésta mañana al despertar?
Mi hijo, siempre mi hijo. Si me despierta, él es mi primer pensamiento y si no me despierta, también.  ;)

2. Dime qué te gusta de tí.
Mi optimismo y mi empeño por ser feliz.

3. Dime qué no te gusta de tí.
Mi diplomacia a veces es excesiva. De buena gana la mandaría a veces a freír espárragos... ;b

4. Algo que te encante hacer y hagas con frecuencia junto a tu hij@.
Nuestras pequeñas "batallas" de cosquillas, corriendo por toda la casa o revolcándonos por la cama o el sofá  ;)

5. Dime qué es lo que más te gusta de tu hij@.
Su felicidad. Su sonrisa es el símbolo de lo feliz que es y mi gran satisfacción es la de haber sabido transmitírselo. Espero que siempre sea así.

Éstas son las cinco preguntas que propongo a los blogs ganadores:
1. ¿Qué es lo que más feliz te hace?
2. ¿De quién guardas los mejores recuerdos?
3. ¿Tu canción favorita?
4. ¿De qué manera te gustaría ser y no eres?
5. Cuéntame tu mejor recuerdo.

Y, por último, paso el testigo a cinco blogs. 
1. A Jesús del blog "Instantes".
2. A Mari del blog "El rincón de mis pequeñas cosas".
3. A Paula del blog "Mamá de una monita".
4. A Montse del blog "Mi espacio para Ernesto".
5. A Dácil del blog "Blog de una madre desesperada".

¡Felicidades!



martes, 21 de febrero de 2012

Perú: Imágenes De Lima


Para hoy les tengo algunas imágenes preciosas de la ciudad de Lima. Siéntense y disfruten de ellas.

Plaza de Armas.

Catedral de Lima

Municipalidad de Lima 
Avda. La Marina

Palacio de Justicia

Parque Kennedy

Avda. Pardo

Avda. Arequipa


A continuación unas preciosas imágenes de la Costa Verde Limeña;




Parque del Amor




lunes, 20 de febrero de 2012

Mamá, Mami, Maaaá


Mamá cuando me llama. Mamá para los asuntos cotidianos.

Mami cuando me busca, cuando me necesita, cuando me quiere abrazar y hacer cariñitos. Mami con ternura.

Maaaá cuando me quedo atrás y quiere que lo siga. Maaaá en la distancia.

Y Tatá cuando llama a papá y mamá, a los dos, en plural.

Siento que yo no cambio aunque me llame de diferentes maneras. Siento su amor en todas ellas. 

Mamá que alimenta, mamá que juega, mamá que ama, mamá que asea, mamá que regaña, mamá que besa...

Todas lo adoran, todas lo quieren.

jueves, 16 de febrero de 2012

Reseña: "Mi Hermana Vive Sobre La Repisa De La Chimenea"


Para hoy les tengo una reseña. Se trata de un libro precioso, sencillo, de esos que parecen ligeros y resultan ser muy profundos. De esos libros sin florituras y que consiguen mover los cimientos de cuantos lo leen. Y es que doce horas de vuelo dan para mucho, con hijo incluido.


El libro se llama "Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea" de Annabel Pitcher.  Lo he disfrutado muchísimo, hasta el punto en que puedo decir que me quedaría con un montón de frases e ideas que, el mismo protagonista, desde su inocencia, te invita a reflexionar. No soy de las que subraya libros pero si lo hiciera estaría casi todo marcado. He rescatado dos pasajes que me han llamado especialmente la atención; 
"Cuando yo era pequeña, tenía cinco ositos. Edward, Roland, Bertha, John y Burt... Me encantaban todos. Sobretodo Burt, que no tenía ojos. Pero un día lo perdí. Me lo dejé en un autobús en Escocia una vez que fuimos a visitar a la abuela y nunca más lo volví a ver. Me llevé un disgusto enorme continuó Jas. Me tiré horas llorando. Pero fue un alivio volver a Londres y tener allí mis otros osos. Desde entonces los quise más que nunca, porque faltaba uno".
El segundo pasaje es de una simplicidad y una profundidad abrumadoras. Una sencilla descripción que implica tantas cosas...

"... Me  puse de puntillas intentando ver a mamá por encima de sus cabezas.
Botas negras.
Vaqueros.
Abrigo Verde.
Y manos.
De color rosa, vivas, manos de verdad que agarraban con fuerza un bolso negro, jugueteando con la cremallera plateada. Manos que habían hecho cenas y despejado dolores de cabeza y me habían metido jerseys por la cabeza en los días fríos. Manos que me habían arropado en la cama. Manos que me habían enseñado a dibujar." 

No me gusta desvelar el argumento de un libro y qué mejor que estos dos pasajes para dar ocasión a que él mismo se explique y desvele parte de su riqueza de contenido. Se los recomiendo enteramente y los invito a darme su opinión al respecto.

Perú: Primeros Días


Ya estamos en Perú. Llegamos hace cuatro días. Días que parecen escurrirse de entre los dedos. Qué rápido se pasa el tiempo cuando uno se lo está pasando tan bien. 

Las doce horas de avión fueron largas, eso es innegable pero el peque parecía entender por qué estábamos allí y que además era temporal. Desde tan temprana edad tiene claro que su sitio favorito en un avión es al lado de la ventana y a ser posible sobre mamá, desde ahí tiene mejor vista. Durmió un par de siestas, jugó con sus coches, jugó con las azafatas y todo con total normalidad. No me podía creer que yo pudiera estar leyendo y el peque al lado entretenido con sus coches. Y mas aún cuando el libro que tuve la suerte de escoger resultó ser fabuloso.

No es broma cuando les digo que a las 5 de la mañana salíamos de casa y él tenía colgada ya su mochilita a la espalda (llena de cochecitos para jugar por el camino) y no paraba de apurarnos diciendo: ¡Vamos! ¡Vamos!. 

Al llegar a Perú tuvimos el mejor de los recibimientos, unos abuelitos amorosos y deseosos de volver a ver a su nieto y un clima ideal que contrarrestaba ampliamente con el frío del que veníamos. Desde entonces, papá no ha dejado de esmerarse en su empeño de que conozcamos todo, desde los sitios donde ha estado, pasando por la universidad donde estudió y dándonos a probar sus comidas tan ricas. A todas partes vamos todos como el grupo indivisible que formamos ahora. Grandes días, inolvidables días.

domingo, 12 de febrero de 2012

De Viaje


Nos vamos. Si en nuestro anterior viaje regresamos a donde papá y yo nos conocimos, esta vez nos vamos a conocer el país donde nació papá, sus lugares, su familia, sus amigos, ¡sus comidas!. Ni el peque ni yo hemos ido antes así que será la primera vez para ambos. No lo teníamos previsto pero ha surgido así. De repente nos hemos visto en medio de un caos de preparativos para tres semanas de viaje. Lo bueno es que nos alejamos de este frío intenso para llegar a donde el sol se ha ido de vacaciones. A Perú.

Este año nos quedaremos sin disfrutar de los carnavales y el disfraz del peque se quedará ahí sin estrenar. Lástima, pero tampoco nos quejamos. Estamos deseando llegar y pasar unos días con los abuelos, que estoy segura de que cuentan hasta los segundos para ver a su nietecito querido. A nosotros también, pero el peque es el sol que todo ilumina.

En menos de nada estaremos de camino. De las primeras cosas que hice cuando me enteré de que nos íbamos de viaje fue comprarle al peque algunos coches y entretenimiento "nuevo" para las 12 horas de vuelo transoceánico que nos esperan. No hago mas que rezar para que el avión no vaya lleno y poder sentar al peque en un asiento (al menos durante el tiempo en el que esté sentado) porque si no, esas 12 horas van a ser las mas largas e incómodas de la historia, al menos de la mía.

Intentaré escribir algo desde allí aunque no dispondré de mucho tiempo y disculpen de antemano si no puedo hacerles un seguimiento como es debido.

Por último, les dejo con una canción de Gloria Estefan que me encanta y que además viene muy apropiada para el viaje que estamos a punto de emprender.


¡Besos y nos vemos pronto!


viernes, 10 de febrero de 2012

Mientras Duerme


Son varias las veces en que les he comentado que nuestro peque suele sonreír mucho cuando duerme (y despierto ni les cuento), incluso alguna carcajada he tenido la suerte de presenciar. Pero ahora que ya sabe ponerle nombre a algunas cosas al hablar se están incorporando novedades durante su sueño

Por lo general solemos soñar con aquello que nos ha llamado mas la atención durante el día o con lo que más nos preocupa, consciente o inconscientemente. Pues bien, les pongo en antecedentes cuando les digo que la primera palabra que dijo el peque fue "mamá" y la segunda fue "calle". Le encanta salir a la calle, todas las tardes lo pide y rara es la vez que nos quedamos en casa. Suerte que tenemos un buen clima durante todo el año.

Esta semana ha sido muy fructífera en cuanto a saber lo que el peque pueda estar soñando. Me gusta verlo dormir pero es que si encima habla en sueños ya es la bomba. Verlo sonreír mientras duerme y escuchar unas pocas palabras me dan una idea de lo que le ronda por la cabeza. 

Esta semana repetía en sueños "¡Calle! ¡calle!". ¡Dios mío!, pensé, ¿es que no tiene suficiente que todavía lo pide en sueños?. Prefiero pensar que está recordando todos esos momentos en los que estamos fuera. Y hace dos noches, cuando se quedó dormido decía: "¡guau! ¡guau!". ¿De qué perro se estaría acordando?.

Me encanta esta novedad incorporada gracias a su propio avance en el crecimiento, ¡qué mayor se está haciendo!. Y ahora dime, ¿qué cosas dice tu hijo mientras duerme?.


jueves, 9 de febrero de 2012

Detalles



Me he dado cuenta de que desde que soy mamá me fijo más en determinados detalles cuando voy por la calle. Detalles en los que antes no reparaba. Detalles de otras mamás con sus hijos. No importa la edad que tengan, son detalles que van quedando en mi retina y que mi memoria guarda por alguna razón. 

El primero fue hace unos cuantos meses, yo iba por la calle y delante de mí iba un niño de unos 6 años de la mano de su madre. Me llamaron la atención porque de vez en cuando hacían saltos extraños y entonces me fijé mejor en lo que hacían. Cada varios pasos daban un salto, los dos. Pasito, pasito, pasito, Salto! Pasito, pasito, pasito, Salto!.

Y así todo el tiempo que los tuve delante. Yo acababa de tener a mi pequeñín y me sorprendió que la madre jugara al mismo juego sin ningún tipo de vergüenza, no miraba hacia los lados, y no parecía importarle lo que ocurría alrededor, lo que pensaran los demás. Los dos se reían, aumentaban pasos antes del salto, intentaban distraerse mutuamente para que el otro perdiera la cuenta y se volvían a reír si alguno contaba mal.

Fui testigo mudo de sus juegos. Sabía que el momento era especial pero es ahora cuando entiendo la verdadera esencia de esa complicidad. Donde no hay un mundo alrededor, solo tu hijo y tú.

El segundo detalle lo presencié también hace unos meses. Tampoco he podido olvidarlo y éste viene a mi memoria con bastante asiduidad. Ocurrió un día en que me vi desayunando sola en una cafetería, me estaba tomando un café mientras leía y al levantar la cabeza vi, en la mesa que estaba frente a mi, a una madre sentada con su hijo de unos 12 años. Me extrañó, pues el chico tenía puesto el uniforme del colegio y su mochila descansaba en el suelo junto a la mesa. Era alrededor de las 9 de la mañana y ellos parecían charlar como si no tuvieran ninguna prisa. Yo no escuchaba lo que hablaban, ni lo pretendía, pero se notaba una especial conexión, se contaban sus cosas, con confianza y en su intimidad. Mientras conversaban se cogían de la mano y jugueteaban con sus dedos, con cariño, con comprensión. El chico no miraba para los lados, ni se avergonzaba porque estuviese haciendo "manitas" con su madre en una cafetería (es que yo tenía entendido que a esa edad ya hace tiempo que se han vuelto muy pudorosos).

En ambas ocasiones ellos eran totalmente ajenos a mi presencia y a la de cualquier otro. Imagino que es esa complicidad, esa burbuja que formaban conteniendo todo esos ratos felices y de comprensión mutua que se consigue con puro amor a raudales, lo que me llamó tanto la atención. El deseo de que, algún día, cuando mi hijo tenga esa edad (y más) sigamos teniendo también ese nexo que nos une desde que nació.

martes, 7 de febrero de 2012

Pérdidas Innecesarias


Hace unos días me encontré con la siguiente frase de Paulo Coelho: "Cuántas cosas perdemos por miedo a Perder...". Se me ocurren muchos sentimientos de pérdida a los que asociar esta frase, es más, este tipo de frase tan genérica normalmente hace que  cada uno la interprete según lo que mas le preocupa en el momento. Yo no he podido evitar compararla con el mundo en el que estoy tan involucrada, el de la maternidad
De repente, se han agolpado en mi mente un montón de momentos que muchos pierden por miedo a perder:
  • Dormir con tu hijo: cuántos no han dormido nunca con sus hijos por miedo a "no poder sacarlo de la cama nunca mas". Ni siquiera se toman la molestia de enseñarles una pauta. No, se erradica "el problema" de raíz. Lástima, pues una vez lo pruebas, ¡quieres repetir!
  • Brazos: Negarle los brazos a tu hijo es negarte a tí mismo tanto amor, tanta ternura. ¿Por qué perder todo eso?.
  • Lactancia Materna: Si mi hijo recibió un montón de beneficios al tomar leche materna, les puedo asegurar que lo que recibí yo fue maravilloso. Esos momentos fueron solo míos y de él y no los cambiaría por nada. Ahí forjamos nuestra complicidad, nuestra pequeña gran historia.
  • Chupa: Conozco a varias personas que decidieron no dar chupa a sus hijos por miedo a no poder quitársela después. ¿Por qué anticiparse a lo que no se sabe?, especialmente cuando tu hijo lo pasa mal si no se la ofreces. Cierto es que nacen sin saber lo que es una chupa pero en ocasiones les son muy necesarias. Les calma, les relaja. Tú eres su guía y le enseñarás cómo usarla.
  • Bañarte con tu hijo: Bañarte con tu hijo es otra de los grandes momentos gratificantes. Hace poco, y con motivo de un post que publiqué se suscitaron diversas opiniones. Hubo personas que opinaban que bañarse con su hijo era algo antihigiénico. Imagino que estas personas no irán a la playa o a la piscina.  Los respeto, respeto su opinión pero no la comparto. ¡Cuántos momentos perdidos!
  • Vacunar a tu hijo: No vacunar a tu hijo implica, en mi opinión una pérdida mucho mas grande porque, además, estás jugando con su vida.

Con esto no pretendo hacer un dogma de ley, salvo en el caso de las vacunas, pero quisiera que se tomaran como sanos consejos que llevar a la práctica. Hoy en día, muchos de mis momentos de felicidad están totalmente relacionados con estos puntos. Y como el concepto de felicidad es distinto para cada uno, posiblemente estos puntos serán distintos para según quien los lea y sus circunstancias. Lo importante es que no te niegues a ti misma ni a tu hijo algo que esté en tu mano solo porque está escrito o por temores infundados. Escucha a tu instinto y olvídate de los prejuicios y los malos consejos pues estos provocan pérdidas innecesarias

lunes, 6 de febrero de 2012

Somos Tres


Anoche estábamos los tres sentados en el sofá viendo la tele. Bueno, ellos veían la tele, yo los miraba a ellos. De repente papá debió notar mi mirada, me miró y le dije: ¡Somos tres!. Enseguida entendió lo que quise decir. 

El peque estaba cómodamente sentado entre los dos. Tenía un codo apoyado sobre papá y sobre su mano apoyaba su barbilla, con sus pies jugueteaba encima de mis piernas, como si siempre hubiera estado aquí, como si siempre hubiésemos sido tres en vez de dos.

Ayer por la tarde dormíamos los tres la siesta. Bueno, el peque dormía, papá y yo estábamos acurrucados a su lado, observándolo. Viendo cómo estaba instalado a sus anchas, se había apoderado de mi almohada, apoyaba parte de su cuerpo en mi y sus piernecitas descansaban sobre papá.  Con qué confianza, con qué moral se ha instalado entre nosotros, ya no solo en la cama o en el sofá sino en nuestras vidas.

Me gusta pensar que el grado de confianza que tiene el peque es el mismo grado en que le hemos abierto las puertas nada mas llegar a este mundo. Sin límites, sin condiciones. Con completa aceptación.

viernes, 3 de febrero de 2012

Premio Gracias Por Tu Amistad X 2


Esta semana, a pesar de haber estado enferma, me he llevado un balance muy positivo ya que las muestras de cariño han sido muchas y muy variadas. Entre estas muestras de cariño hay dos premios que tengo pendientes de recoger, y aquí estoy, dispuesta a agradecer y a pasar el testigo a otros blogs. Se trata del premio Gracias Por Tu Amistad;

El primer premio vino de la mano de Kym del blog "Casita de Paja" y en su entrega sentí todo el cariño del mundo. Gracias Kym!
El segundo premio me lo otorgó Mercè de "Una Mamá Bloguera" totalmente por sorpresa y sumando además, el premio, por triplicado. Gracias también a tí Mercè!

Como ya respondí a las preguntas del premio, los remito AQUÍ por si los que no lo leyeron en su momento lo quieren hacer ahora.  Esta vez quisiera repartir el premio entre los que se me quedaron en el tintero la última vez y algunos blogs que hace poco descubrí. He tratado, además, de no repetir premios así que si a alguien le llegó por duplicado tampoco me voy a disculpar porque los premios entre más mejor ;b. Procederé pues a repartir el premio entre los 10 blogs correspondientes, y son los siguientes:

1.- A Débora de "A Latidos".
2.- A José Vicente de "Diario De Un Cacahuete".
3.- A Jezabel de "Vegamidulcedechocolate"
4.- A Bolboreta de "...Y De Nuevo Mariposas"
6.- A Madre Novata de "Madre Novata"
7.- A Elisa de "Mamá En Rodaje"
9.- A Ana Laura de "...Un Poquito De Mi..."
10.- A Por fín, yo misma de "Por fin, Yo misma"

Aunque no lo crean se me vuelven a quedar un montón de blogs en el tintero, diez se me han hecho muy pocos. 

¡Enhorabuena a los afortunados!

Gracias Mamá


Siempre he sido de la opinión de que si en casa eres de buen comer, muy probablemente tus hijos también lo serán, salvo excepciones claro, que de esas seguro que también las hay. Pero por lo general suele cumplirse. 

En casa somos de buen comer y no ha habido excepción, el peque es "de buena boca", como se suele decir. Desde chiquitín nos veía comer a papi y a mi desde su hamaca y con su boquita ya hacía el gesto de masticar, con lo que la primera vez que le dimos algo con cuchara el hombre ya era todo un experto. Y qué mayor se sentía, se le notaba en su mirada ansiosa y orgullosa. Este pequeñín, siempre queriendo aprender las cosas tan deprisa...

Como he dicho, somos personas que disfrutamos con la comida, tanto papá como yo y como el resto de ambas familias. En fin, que para nosotros la comida es un placer

El caso es que nunca he sido tan consciente del modo en que lo vivimos como ahora que tenemos al peque observándonos constantemente. Muchas cosas las aprende sin nosotros darnos cuenta siquiera de que nos está observando. Al parecer ha heredado ese sano placer que es el gusto por la comida. Y no es que coma mucho, ojo, en cuanto a eso yo diría que está en la media. Bueno, según el percentil de peso está incluso algo por debajo de la media.

Se preguntarán entonces cómo lo se. Cómo se que realmente disfruta con la comida. Lo se porque cuando está comiendo y veo que está acabando su plato, sin previo aviso se lo vuelvo a llenar y él me mira con ojos de absoluta gratitud y me dice con una espléndida sonrisa: "acias mamá" (Gracias Mamá).

¡Ay, la gratitud!, ¿eso también lo aprendió de nosotros?. Nos da las gracias por todo pero en el tema de la comida es cuando únicamente dice: "Gracias Mamá". En su menos que extenso vocabulario supongo que eso debe ser lo mas de lo mas a juzgar por su expresión. Se me ocurren otros momentos en los que disfruta muchísimo como cuando nos acostamos juntitos para dormir o cuando está en su bañera de lo mas feliz y en esos momentos te da un gracias sentido, no verbalizado. Sentido porque me abraza y me besa y porque los agradecimientos pueden ser de muchas y diversas formas y además no son comparables.

Le he estado dando vueltas a este asunto y me ha entrado mucha curiosidad, ¿serán así los demás niños?. ¿En qué momentos tu hijo te dice: "Gracias Mamá" con total gratitud?

jueves, 2 de febrero de 2012

Hoy

"La Despeinada" de Leonardo Da Vinci
Hoy ha sido la segunda vez desde que nació el peque, que salgo a la calle sin peinarme. Me he dado cuenta en el espejo del ascensor cuando bajábamos y he pensado con espanto ¡por qué no puedo ser de esas personas que, incluso recién levantados de la cama, aparecen con un pelo impecable!. Si tienes un pelo rebelde, como es mi caso, esta clase de lujos son imperdonables. De hecho, muchas veces me peino y hasta parece que no lo he hecho pero yo salgo bien digna, con mi cabeza en alto y la conciencia de haber hecho lo que estaba en mis manos.

Pero hoy no ha sido así, todavía estoy mala y noto que mi cerebro no funciona a pleno rendimiento, y ese dolor de cabeza casi constante me lo impide por mas que lo intente. Por si fuera poco, tengo la sensación de que el peque, justamente hoy, ha crecido. Sí, ya se que el crecimiento es evolutivo pero juraría que ha sido hoy cuando de repente alcanza a todo. No tiene mas que levantar una manita y consigue coger todo lo que hay sobre la mesa. Ha sido esta mañana cuando me ha traído todas y cada una de sus cremas que estaban en los estantes de su cambiador. Por tanto, hoy ha crecido. Hoy.

Tan atareada me ha tenido controlando lo que se lleva a las manos mientras además me vestía y terminaba de preparar sus cosas para la guardería que, como suele suceder, me olvidé de mi misma. No pasa nada, en cuanto me reponga volveré a ser la misma, la misma mujer que puede hacer un montón de cosas a la vez sin olvidarse de ninguna, la misma que siempre tiene la sensación de que hace todo y no hace nada porque siempre quedan muchas otras cosas por hacer. Solo necesito un descanso, solo un ratito... y volveré a ser la misma...



martes, 31 de enero de 2012

¡Mamá, Descansa!



En cuanto me desperté ayer por la mañana, lo supe. Notaba todo mi cuerpo pesado, me sentía agotada y mi garganta me dolía horrores. Todavía no me había levantado y mi cabeza estaba abotargada, y no precisamente por el sueño reparador. Me estaba enfermando o mas bien, ya lo estaba.

En medio de todo eso no dejaba de pensar que no podía permitirme enfermarme. Tengo un montón de cosas que hacer y el peque está incluido en todas ellas. En todas. Y además, nunca se me ha dado bien delegar, así que comprenderán mi preocupación.
Y es que adoramos a nuestros pequeñines pero a veces acabamos exhaustas. Y no me cansaré nunca de decir que especialmente cuando estamos enfermas o cansadas nuestra paciencia suele tener límites muy cercanos. 

Ayer, la abuela, se llevó al peque para que yo pudiera recuperarme y cuando papá llegó a casa se encargó de todo lo demás. Todas mis preocupaciones pasaron a un segundo plano, y mi cuerpo tuvo ese descanso necesario para poder reponerme. Mi mente no descansa tan fácilmente, pues esa vuela incluso mientras duermo. El caso es que la "facilidad" con la que ayer se arregló todo me ha dado mucho en qué pensar.

He pensado en la suerte que tengo por tener a mi familia y poder confiarles a ellos mi vida, como ayer, y he pensado en que no todo el mundo tiene esa suerte. Ya sea por no tener a la familia cerca (o simplemente por no tener familia a la que recurrir) o porque no todas tenemos una pareja dispuesta a decirte, simplemente; ¡Mamá, Descansa!

Tras haber leído muchos de los comentarios de mi entrada "¡Papá, Despierta!" y por muchas conversaciones con otras mamás, se firmemente que hay muchas mujeres que no tienen esa opción. En mi caso, a pesar de que papá sea un "dormilón" al que le cueste a veces regresar del mundo de los sueños, lo cierto es que también tengo que agradecerle que mi hijo haya heredado esa genética. Hasta el punto de que muchas veces visto al peque por las mañanas, de arriba abajo, completito, pañal incluido, y él ni se entera.


Pero, volviendo al tema, ¿a qué mujer o madre no le gustaría que su marido le dijera: "Tú descansa que ya me encargo yo de todo", por pura iniciativa propia?. Cuando no descansas tu cuerpo se va saturando hasta que un día, irremediablemente, caes. Y por supuesto que las cosas tendrán que hacerse y que tampoco somos imprescindibles pero sinceramente ¿hace falta llegar a esos límites?. A veces podemos acudir al recurso de desistir pero en ese caso simplemente estamos aplazando las obligaciones para después. 

¿Cual es tu caso? ¿Cuántas veces te han dicho: "Descansa, que ya me encargo yo de todo"?

lunes, 30 de enero de 2012

Diferencia Entre Mamitis Y Necesidad


A veces parecemos olvidar que los niños comienzan su andadura en esta vida siendo totalmente dependientes de nosotros. Son tan indefensos. Desde que nacen somos nosotros los que los alimentamos, los vestimos, los aseamos. Podría seguir añadiendo un montón de cosas mas pero estoy segura de que todos saben ya a lo que me refiero. Nos necesitan enteramente. 

Luego, nos vamos dando cuenta de que crecen y evolucionan a una velocidad de vértigo. Con un año ya la mayoría camina, dicen su primera palabra y demuestran un gran entendimiento. 
¿Hasta qué edad consideramos que nuestros hijos son plenamente autosuficientes?. ¡Dios mío!, no dejo de pensar en que hay tantos adultos que no lo son...

Ver el mundo desde esa perspectiva, desde esa "estatura" (la que les da el corto tiempo que han vivido) y ante la inmensidad de lo que se les presenta debe ser tan asombroso, tan desconocido. Es lógico que unos seres que nacieron indefensos busquen dicho apoyo en sus padres o en aquellos que les han satisfecho todas sus necesidades. Incluso ahora, de adultos, buscamos una compañía que nos apoye en el camino. Con más razón lo hace un niño, ¿no les parece?.

Me sorprende que, sabiendo todo esto, la tendencia sea siempre la de reducir a simple capricho o mamitis todas las reclamaciones de nuestros hijos. Para empezar, la intuición y el conocimiento sobre tu hijo (y por ende, el de los demás niños) nos ayudan a establecer una clara diferencia.

No siempre que un niño llora y acude a su madre hablamos de mamitis. Para empezar, hay que preguntarse quién es el que le da de comer y atiende las necesidades del niño habitualmente. Si el niño tiene hambre es lógico que llore y quiera a su madre, por ejemplo, sobretodo si por lo general es ella la que le da el alimento y quien además, suele ser tan intuitiva y previsora como para saber lo que quiere el niño antes de que se lo pida. Los niños no saben de espera, si tienen hambre quieren comer, y ya. Por lo tanto, acudirán a quienes saben que satisfarán esa necesidad lo antes posible. No es mamitis, es simple satisfacción de necesidades.

Lo mismo ocurre con el sueño. Cuando el niño está cansado también acude a mamá porque ella sabrá lo que tiene y le proporcionará descanso. 

Luego están los casos que realmente sí consideramos mamitis, que no son mas (ni menos) que esos momentos de necesidad llevados a su máxima expresión. Las madres se ven continuamente custodiadas (y asediadas) por esos pequeñajos que las siguen a todas partes, ir al baño o salir de su círculo de visión (e incluso a veces de su tacto) está totalmente prohibido. Estos períodos son de crisis para el niño y para la madre por distintas razones. Al niño le faltan horas para estar pegado a su madre y a la madre le faltan las mismas horas para poder estar un rato a solas.

Las necesidades, especialmente las básicas, hay que satisfacerlas. Reducir eso a capricho es cuestionar lo incuestionable. Todos comemos, todos dormimos. Ellos, además, necesitan de nuestra ayuda para hacerlo y han de acudir a alguien que los provea. No es fácil, pues nadie tiene hambre siempre a la misma hora, y lo mismo ocurre con el sueño. Nuestra verdadera utilidad está en saber qué necesitan. Descartemos el capricho, no disfracemos nuestra propia incapacidad de intuición culpándolos a ellos por querer algo a "destiempo". Para mi esta es la gran Diferencia Entre Mamitis Y Necesidad.

Y ahora, ¿qué estás viviendo en casa con tus hijos Necesidad o Mamitis?

domingo, 29 de enero de 2012

Secret

Para hoy tengo una canción preciosa, una joya. Pensé en poner aquí su traducción pero realmente creo que no hace falta. El tema es tan íntimo que añadir cualquier otra cosa me parece toda una intromisión. Es Secret de Seal


Y es que entre tanta vorágine, tanto vivir al día con las cosas de los hijos, pues no todo se puede programar, no debemos dejar atrás nuestra relación de pareja. Que estemos cansadas, con deseos de estar solas o tengamos pequeñas desaveniencias no justifican esa ausencia. También hay tiempo para ellos, nuestros compañeros, nuestra otra mitad. Esos ratos solos, de los dos, donde el uno es el secreto del otro, donde ambos se pertenecen mutuamente...